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Teja y González, de la Asociación, con los alcaldes, Luguera y Escobedo. Javier Rosendo
Un camino lebaniego de rosas

Un camino lebaniego de rosas

Del encuentro entre el alemán Norman Sinclair y el cántabro Valeriano Teja surgió la idea de sembrar flores en la senda hasta el jubileo

Álvaro Machín

Santander

Miércoles, 12 de abril 2023, 07:20

En el camino surgen muchas cosas. Lo sabe cualquiera que haya puesto un pie delante de otro con una ruta por delante. Hay encuentros, hay conversaciones. Valeriano, cántabro, supo que a Norman, alemán, la caminata hacia Santiago le cambió la vida. Falleció su mujer, lo pasó mal, compró unas flores en Valencia... Echó a andar. Esa pequeña anécdota de las flores tuvo consecuencias: un cambio de profesión –de ejercer la medicina y la biología a regentar una floristería en su país– y un proyecto. Sembrar de rosas el Camino de Santiago. Lo ha ido haciendo. Por tramos. Norman supo que Valeriano era el presidente de la Asociación Amigos de los Caminos de Santiago del Norte de España en Cantabria. Que era un tipo inquieto, un entusiasta paso a paso. Y ahí, del encuentro, de la conversación, surgieron cosas. Convertir el Camino Lebaniego en otro camino de rosas. Ayer empezaron a plantar. En San Vicente de la Barquera, en La Acebosa y en Herrerías. Hasta el domingo, etapa a etapa, van a seguir hasta Santo Toribio.

Norman Sinclair y Valeriano Teja coincidieron en 2022 por la ruta jacobea del Norte. De esa casualidad quedaron dos rosales plantados en Camargo como testigos. No es una rosa cualquiera. Tiene historia. La variedad es conocida como 'Castell dAlaquàs', aunque el alemán la rebautizó como rosa peregrina. Encaja en el norte y en la naturaleza. Es resistente a enfermedades, capaz de florecer en cada estación y de sobrevivir sin demasiada agua si no le da por llover. Norman habló de su proyecto 'Vía Floral del Camino de Santiago' y a Valeriano se le iluminó la bombilla con otro: 'El Camino Lebaniego es también un camino de rosas'.

La placa que se colocará junto a los rosales. Javier Rosendo

Dicho y hecho. Ya están en ello. El primer rosal está en un lugar especial. Junto a la Puerta del Poder de la iglesia de Santa María de los Ángeles –un icono de San Vicente– hay un cartel que indica que, allí al lado, está la «plaza de los peregrinos que desde aquí abandonan la villa rumbo a Santo Toribio o Compostela». En la esquina del idílico mirador hacia la ría –todo el que ha estado allí se ha sacado la foto de rigor– hay un símbolo en el suelo. Un kilómetro cero que apunta al monasterio lebaniego. Pues justo allí está el macetero y los tres rosales recién plantados.

Allí estaban ayer a las diez de la mañana Valeriano Teja, José Luis Calvo y Miguel Ángel González, miembros de la Asociación que hace realidad la idea. Con ellos estaban los alcaldes (Dionisio Luguera y Roberto Escobedo) y varios concejales de San Vicente de la Barquera y Val de San Vicente (todos los ayuntamientos de la ruta van a colaborar). Norman no llegó a tiempo para empezar (problemas con los vuelos), pero está previsto que se una hoy mismo para seguir plantando rosales (lo planeado es que llegara anoche a Madrid). El hombre estaba apurado porque, en aquel encuentro que dio origen a todo, celebró justo su cumpleaños en el albergue de San Vicente de la Barquera. Le apetecía recordarlo. Más cosas del camino.

Tres plantas y una placa. Asociación de peregrinos por Cantabria. Rosa peregrina. Eso y un código QR con información sobre el proyecto y la ruta. En realidad, la idea es algo más que eso. «Nos gustaría que se hicieran una foto aquí y que fuera un lugar para pensar. Que los rosales sean una referencia más del camino. Y que, a través del QR, se pongan en contacto con nosotros y nos cuenten qué les parece el camino, qué cosas se han encontrado, qué se puede mejorar... Recogerlo todo, también las fotos, en la página de la asociación y poder transmitirlo», explicaba Valeriano a los que le acompañaban antes de irse a la siguiente parada. «Es algo sencillo, casi sin coste económico, que tal vez sea útil».

El itinerario

A partir de ahí, el martes sumaron las paradas de La Acebosa (Val de San Vicente) y Herrerías. Hoy habrá rosales en la iglesia de Santa María de Sobrelapeña y en la de Santa Juliana en Lafuente (Lamasón), y también en el albergue del mismo Lafuente y en el comienzo de la Senda de Los Francos, en Cicera (Peñarrubia). Más camino y más flores. Hasta 16 rosales. Llegarán mañana a la Iglesia de Santa María de Lebeña (Cillorigo de Liébana) y, ya en Potes, sembrarán en el Jardín Jesús de Monasterio.

Y la última parada, claro, será en Santo Toribio de Liébana. Este viernes. Rosas del peregrino junto al monasterio. Las rosas del camino de un alemán llamado Norman.

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