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El Centro de Estudios Lebaniegos de Potes acogió una nueva edición, la cuarta, del encuentro intergeneracional 'Memorias compartidas', promovido por la Fundación Miguel Delibes y en el que participó una veintena de niños de diferentes edades escolares, así como una quincena de adultos mayores de ... 65 años, de diferentes localidades de la comarca lebaniega.
Utilizando textos de Miguel Delibes como hilo conductor de la jornada, Marta Herrarte, integrante de 'El calabacín errante', licenciada en Historia del Arte y Educación Infantil, fue la encargada de coordinar y dirigir los dos talleres que se realizaron durante dos horas. Previamente, se había dado a conocer la obra de Delibes, resaltando que «su filosofía de vida estaba basada en cinco temas que nos interesan a todos como son la infancia, el medio rural, el medio ambiente, la justicia social y la libertad», recordando además su «gran vinculación con Cantabria, con el pueblo de Molledo».
El objetivo del encuentro, en el que estuvieron presentes el alcalde de Potes, Javier Gómez, y Eva Cotera, concejala de Cultura, era intercambiar sensaciones, sentimientos o recuerdos, hablando, escuchando, conversando y compartiendo, ofreciendo ideas para hacer un mundo mejor. Durante hora y media se desarrolló el primero de los talleres, donde niños, jóvenes y adultos, leyeron pasajes de libros de Delibes como 'El camino' o 'Las ratas', desarrollando siete propuestas: 'Sonidos que nos traen recuerdos'; 'Oficios de antaño'; 'Dime cómo se llama'; 'Cultivando la tierra'; 'Música y fiestas'; 'Medio Ambiente'; y 'La tierra herida'. Todos los temas estuvieron complementados con sonidos, objetos y herramientas, que Marta Herrarte iba mostrando.
El último taller, desarrollado bajo el nombre de 'Crear', sirvió para reunir en grupos de trabajo a adultos, niños y jóvenes, exponiendo al final sus ideas. Entre ellas, crear un taller para hacer albarcas, recuperando este oficio tradicional; medidas para paliar el cambio climático y colaborar con el medio ambiente, reciclando basuras, utilizando productos ecológicos, o instalando placas solares. También, se habló de un taller para conocer palabras de la zona; los bailes tradicionales, o incluso instalar una fábrica de peles, o recuperar fincas, con ayudas, para que los jóvenes puedan dedicarse a la ganadería.
En definitiva, este IV encuentro intergeneracional que ha tenido lugar en la villa de Potes, después de los realizados en el valle de Iguña (Cantabria), Ágreda (Soria) y Medina de Rioseco (Valladolid), ha sido una apuesta firme por unir formas de vida, de enriquecimiento mutuo de conocimientos, opiniones y reflexiones, para crear vínculos entre ancianos y niños.
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