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Isabel Marchesi, de 64 años, es la primera peregrina en cruzar la Puerta del Perdón: Luis Palomeque
«Vengo a Santo Toribio en busca de paz»
Apertura.

«Vengo a Santo Toribio en busca de paz»

Isabel Marchesi, de 64 años, es la primera peregrina en cruzar la Puerta del Perdón:«Toda la sociedad debería venir para ser menos egoísta»

Domingo, 16 de abril 2023, 17:13

Apenas se desgranaban los primeros rayos de la mañana cuando los peregrinos comenzaron a llegar tímidamente al monasterio de Santo Toribio. Eran los más madrugadores, verdaderos devotos de la cruz y aspirantes a ser los primeros en atravesar la Puerta del Perdón. Pero una mujer ganó esta peculiar carrera a todos los demás, mostrándose «muy emocionada porque estar hoy aquí es muy importante.Vengo a Santo Toribio en busca de paz». Isabel Marchesi tiene 64 años, un título nobiliario –baronesa de Stotzingen– y desde este domingo también el honor de haberse convertido en la primera peregrina en conseguir la ansiada redención en el 74 Año lebaniego.

Aunque Santo Toribio vivió durante la mañana un goteo continuo de caminantes, curiosos, devotos y excursionistas, el grueso de peregrinos llegó apenas una hora y media previa a la homilía que dio por inaugurado el presente Año Santo. Se agolparon todos frente en la explanada del santuario –uno de los cuatro de peregrinaje del mundo junto a Roma, Santiago y Jerusalén– y disfrutaron de la espera en un día en el que el sol cayó a plomo en el patio del templo. Hasta 18 grados se registraron, aunque en algunos momentos la atmósfera de calor, con hasta 3.000 personas allí reunidas, llegó a ser incluso sofocante. «Tenemos calor, pero estamos bien, muy ilusionados», exclamó Marchesi.

Ella había llegado muchas horas antes, cuando aún era noche cerrada y el termómetro marcaba casi diez grados menos. Había hecho guardia frente al monasterio desde las seis de la madrugada y estuvo en todo momento acompañada de su familia hasta que se aseguró de cumplir su objetivo. «Este viaje ha sido muy importante porque me han acompañado desde el origen. Ellos son todo para mí y es muy ilusionante, por la fe que tenemos, que hayamos tenido la suerte de ser los primeros en pasar por la puerta».

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Su camino hacia Potes comenzó hace siete días desde Covadonga, en Asturias. Un viaje impulsado por la fe. «Todos en la familia somos creyentes y por eso teníamos ganas de venir a este lugar tan maravilloso para adorar la reliquia de la cruz porque esto lo vamos a recordar toda la vida». La baronesa de Stotzingen nació en Galicia hace 64 años, aunque hace cuatro décadas que reside en Alemania. «Me casé hace cuarenta años en la catedral de Santiago de Compostela con este hombre maravilloso de origen alemán» –le tiene a su lado–. Él le sonríe, orgulloso de verla tan feliz, de que haya conseguido un hito que, para ella, puede ser crucial en su vida.

«Tenemos unos baches que superar. Bueno, como todo el mundo los tiene, y creemos que esto nos puede ayudar a pasarlos», confesó. Espera, en definitiva, que se produzca el milagro. «Puede producirse». Más allá de deseos personales, considera que se puede aprovechar el paso por la Puerta del Perdón para mejorar aspectos sociales que están en la mano de cualquiera. «Vivimos en una sociedad muy egoísta, muy poco generosa. Si todos cambiásemos un poco, aunque sólo fuera un poco de nuestra forma de ser, podríamos lograr un mundo mucho mejor, donde la paz pueda ser más fácil de alcanzar», argumentó. Luego llegó la hora, la Puerta se abrió y tras el acceso de la comitiva eclesiástica y de las personalidades, Isabel Marchesi cruzó el umbral.

Fe juvenil

Mientras tanto, afuera, hacia el final de la larga cola de personas que aguardaban en la plaza a dar el mismo paso, se escuchaban los cánticos de los jóvenes integrantes de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Santander. Pusieron la nota de alegría al acto. «Todavía hay mucha gente joven que cree en Dios y en lo que significa», explicó Pablo de Celis, de 22 años, uno de los catequistas que cuidaba de un grupo de 25 menores. «Lo que ocurre es que muchas familias ya no le dan importancia a esto, y si la familia, que tiene que ser el centro de todo, no le da esa importancia, es imposible que los más pequeños se la puedan dar».

Cerca de 3.000 personas se congregaron en la explanada de Santo Toribio para entrar en el santuario y alcanzar la redención

Mientras los jóvenes estaban disfrutando del día, otros devotos de edad más avanzada no lo tuvieron tan fácil. Con un 59% de discapacidad, María del Carmen Ruiz (61 años) estuvo haciendo un esfuerzo «inhumano» para mantenerse en pie, guardando su turno para acceder al monasterio. «No hay derecho que no hayan habilitado unos espacios especiales para personas con discapacidad. Me parece que no ha estado muy bien organizado». Fue una opinión compartida también por otros peregrinos. «Han montado toda la infraestructura de vallas hace apenas una hora y media. No tiene mucho sentido porque la gente no sabe muy bien dónde se tiene que ubicar», protestó Carlos Ruiz (66 años), de la Casa de Cantabria en Burgos, que organizó un grupo de 34 amigos para presenciar el acto.

Durante la jornada del sábado muchos de los visitantes que llegaron a Potes lo hicieron para visitar la villa; pero todos los que hoy subieron a Santo Toribio llegaron llamados por el inicio del Jubileo. Y así, en un trasiego ininterrumpido de peregrinos y visitantes por el interior del santuario, continuó transcurriendo el primer día de un año que está llamado a atraer a Cantabria hasta dos millones de visitantes.

DEVOTOS Y PEREGRINOS

Pepe Nebot | Peregrino (66 años)

«Estar aquí este día es casi una obligación moral y religiosa»

Para Pepe Nebot, peregrino de 66 años, «estar aquí este día es casi una obligación religiosa y moral». En su caso, ha realizado el Camino Lebaniego en tres etapas junto a trece compañeros:«No es sencillo,pero para nosotros no es tan complicado porque venimos de Castellón, la segunda provincia más montañosa de España después de Cantabria. Así que estamos bien entrenados».

Cristina Mora | Devota (77 años)

«He venido para lograr la indulgencia, que es lo más importante»

El viaje de Cristina Mora desde Madrid hasta Santander finalizó a las tres y media de la madrugada del domingo. «Es un sacrificio pero merecía la pena para estar hoy aquí». A sus 77 años sufre un esguince de rodilla que le impide esperar en pie, por eso está sentada en una silla de camping. «Pese a todo, estoy aquí. He venido para lograr la indulgencia, que es lo más importante».

María del Carmen Ruiz | Devota (61 años)

«No han habilitado lugares para personas con discapacidad»

María del Carmen Ruiz tiene una discapacidad del 59%: «Sufrí un accidente muy grave que me llevó al borde de la muerte. Desde entonces he sido consciente de lo importante que ha sido la religión para ayudarme a salir de aquella situación en que me dieron por muerta». Lo que lamenta Ruiz es que «no hayan habilitado espacios con sillas para personas como yo».

Ainhoa Palomo | Excursionista (22 años)

«Más que por religión, venimos porque es una experiencia»

La joven Ainhoa Palomo aguardó desde primera hora de la mañana para atravesar la Puerta del Perdón junto a su amiga, su madre y su perro Malik. «El perro viene siempre con nosotras y nos apetecía estar aquí porque, aunque no somos muy religiosas, sí que creemos que hay que vivirlo porque es una experiencia que se da una vez cada muchos años», declaraba.

Carlos Ruiz | Peregrino (66 años)

«Este año la entrada al monasterio está mal organizada»

Son 34 los amigos de la Casa de Cantabria de Burgos que decidieron comenzar el Camino Lebaniego el pasado día 11. «Esto es una excusa para regresar a nuestra tierra, porque todos somos de Cantabria», concreta Carlos Ruiz, que protesta por la forma en que ayer se organizó la entrada al monasterio. «Parece que este año lo han improvisado».

Francisco García | Peregrino (55 años) amigos»

«De este peregrinaje me llevo un montón de nuevos

De Granada, de Cáceres, Tenerife o Valladolid. Los amigos que Francisco García ha hecho en tan sólo tres días son«para toda la vida». «De este peregrinaje me llevo un montón de nuevos amigos», declara. Se considera religioso,«aunque no practicante». «Pero este es un día muy importante, que significa mucho y creía que debía estar aquí».

Pablo de Celis | Peregrino (22 años)

«Muchos jóvenes católicos disfrutamos también de este día»

El periplo de Pablo de Celis comenzó el miércoles. «Hemos venido caminando desde Cabezón de la Sal». El grupo de 25 jóvenes que lidera se arranca a cantar una canción parroquial en medio de la explanada antes de la apertura de la Puerta. «Somos de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Santander, porque muchos jóvenes disfrutamos también de esto».

Luz Cuevas | Devota (39 años)

«Soy de Ojedo y nunca había venido a la apertura de la Puerta»

Luz Cuevas está acompañada de su madre, Pilar, y de otra amiga. Las tres subieron este domingo a la explanada de Santo Toribio para asistir al acto del inicio del Año Santo. «Somos de aquí. De hecho subimos todos los domingos a la misa;pero curiosamente nunca habíamos venido a la apertura de la Puerta. Así que pensamos que de hoy no podía pasar».

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