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La Consejería de Obras Públicas finalizará antes de Semana Santa los trabajos de estabilización del talud que está efectuando en la carretera CA-180, que une Barcenillas, en Ruente, con el pueblo cabuérnigo de Sopeña, en el lugar donde a comienzos de febrero un ... argayo invadió la carretera como consecuencia de las intensas precipitaciones que se produjeron en Cantabria. Barro, piedras y algunos eucaliptos cayeron sobre la vía a la altura del puente que separa ambos pueblos sobre el río Saja, en pleno valle de Cabuérniga. El argayo arrancó las mallas y las redes de cables de la parte superior de la montaña, que también se precipitaron sobre la carretera. A pesar de las circunstancias, los técnicos de la Consejería lograron reacondicionar uno de los dos viales en tiempo récord y el tráfico tan solo permaneció cortado una hora, tras lo cual se determinó que debía acometerse una actuación de forma urgente para devolver la zona a su estado original.
Según han informado desde la Consejería, «los trabajos consisten en realizar una tala de arbolado -eucaliptos- en el talud, reparar las mallas y las redes de cables que no han sido afectadas por el desprendimiento e instalar un nuevo sistema de estabilización flexible a base de malla de triple torsión, que evite la caída a la carretera de los materiales más pequeños». También está previsto reforzar la instalación con redes de cable de acero, cuya longitud variará en función del terreno. Posteriormente, se eliminará el material caído en la vía, que actualmente se emplea como caballón de amortiguación por si se desprendiesen nuevos bloques de piedra. Para terminar, «se retirará la señalización provisional de las obras, así como los semáforos instalados, y se reparará la cuneta revestida de hormigón y las señales verticales que puedan verse afectadas por los trabajos». La circulación en ambos sentidos funciona con total normalidad estos días a pesar de los trabajos. El presupuesto estimado de las obras es de 142.140 euros.
La carretera CA-180 conecta el valle de Cabuérniga y de Campoo con Cabezón de la Sal, Torrelavega y Santander y, dado el intenso tráfico diario que soporta, uno de los objetivos de la Consejería era poder asegurar la montaña de nuevo sin alterar la movilidad de los habitantes de la comarca. «Los trabajos finalizarán en unas tres semanas», adelantaron.
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