La cabra, el perro y la ajetreada guardia de los bomberos del 112 para sacarlos de pozos

Fue la de este martes una extraña jornada de trabajo en el parque de bomberos del 112 de Valdáliga, al coincidir dos requerimientos con animales de por medio casi idénticos. Un perro y una cabra. Uno en Udías y la otra en Santa Lucía (Cabezón de la Sal). Ambos se habían precipitado en profundos pozos y no podían salir y es de imaginar la desesperación de los dueños que, al no poder ayudarles, pidieron ayuda al Servicio de Emergencias del Gobierno de Cantabria para salvar a sus animales. Para llevar a buen puerto ambas misiones los bomberos debieron desplegar complicadas técnicas de rescate vertical y en los dos casos todo salió bien: tanto el perro como la cabra emergieron a la superficie sanos y salvos.

El primero de los dispositivos de rescate fue el de la cabra. Su dueño pidió ayuda al 112 para sacarla de un pozo de hormigón de unos 15 metros de profundidad al que se había caído, en el pueblo de Santa Lucía (Cabezón de la Sal). Tenía agua en el fondo y, para complicar las cosas, también había un túnel horizontal. Fue difícil hasta llegar a ese recóndito lugar de Santa Lucía donde se ubica el pozo, sin accesos en condiciones. Los bomberos tuvieron que cruzar el río porque no había ni puente para pasar. Una vez en la boca del pozo, un bombero descendió hasta el fondo y consiguió asegurar a la cabra para su izado.

Al rato de regresar a la base, el 112 requería al parque de Valdáliga para el rescate de otro animal en la comarca: un perro que se había caído dentro de un profundo pozo en las antiguas minas de Udías.

Fue un amigo del dueño el que había llamado al servicio de emergencias para pedir ayuda e informar de la situación exacta del pozo. Caía la noche y se decidió posponer el rescate hasta primera hora de esta mañana, para garantizar la seguridad de los participantes en el operativo. Fue por este motivo que los bomberos que sacaron a la cabra no han sido los mismos que fueron a por el perro, ya que a las nueve de la mañana es el cambio de guardia y este segundo rescate tocó a otros compañeros del parque de Valdáliga.

En este caso, la complicación fue todavía mayor: el perro estaba dentro de un pozo de unos veinte metros de profundidad que, a su vez, estaba dentro de una galería a unos 150 metros de distancia de la entrada. También hubo que aplicar técnicas de rescate vertical para llegar hasta donde estaba el perro, que recibió a sus rescatadores con gran alegría, tal y como muestran las fotos tomadas por los efectivos del 112. El animal fue entregado a su dueño en perfecto estado.

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