Así es la casa de Monte Corona que Revilla ofreció a Pedro Sánchez: cerrada desde 2012 y sin muebles

Lo que ocurre es que ese sería el menor de los problemas. Lo que no dijo Revilla –seguramente por desconocimiento– es que ahora está totalmente vacía. Una preciosa casa en una finca en el Parque Natural de Oyambre que no tiene ni un solo mueble. Algo poco práctico para cualquiera que quiera pasar unos días de asueto en ella. Así que si la intención de Revilla era evocar los estíos de principios del siglo pasado en los que Cantabria se convertía en el punto de peregrinación de las élites de Madrid que seguían a Alfonso XIII y al resto de la familia real, va a estar un poco más complicado.

«Llevamos unos días de auténtico revuelo», confiesa Severiano Arenal, agente del Medio Natural de la zona desde hace 35 años. «Nos está llamando todo el mundo preguntando por la finca». Y no es para menos. La vivienda tiene unas vistas privilegiadas a la costa cántabra comprendida entre Comillas y San Vicente. Tiene seis habitaciones en la planta superior con sus correspondientes baños y zonas comunes. Pero todo vacío. También dispone de un gran salón en la planta inferior y una zona de despachos y garaje. ¿El problema? El mismo, antes de entrar, hay que amueblar. Si el presidente del Gobierno aceptase la invitación de Revilla, ahora mismo, no tendría ni donde dormir. Lleva así desde 2012. Arenal, conocedor de la historia de la finca, explica por qué. Y hace una advertencia: es necesario hacer una cronología.

Nos remontamos a la década de los 60 en la que el Patrimonio Forestal del Estado construye esta casa, también conocida como 'El chalet de los ingenieros'. Aunque se encuentra en el término municipal de Comillas, siempre ha sido propiedad del Ayuntamiento de Ruiloba. «Al principio, se utilizaba para visitas y para hospedar temporalmente a ingenieros, ministros, secretarios...». En el año 83, cuando se producen las transferencias de montes al Gobierno de Cantabria, el Ministerio se quedó con esta vivienda. Y, según recuerda Arenal, la alcaldesa de Ruiloba de la época, Mari Carmen Polidura, junto con el Gobierno de Cantabria, reclamaron «que esa finca pertenecía al Ayuntamiento de la localidad», por lo que la propiedad pertenece al municipio desde entonces.

Posteriormente el Gobierno de Cantabria llegó a un acuerdo con el Icona (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) para la gestión, utilización y conservación de la casa. «Cuando desaparece el Icona, todas sus competencias pasan a Parques Nacionales, que es el último organismo que la ha gestionado hasta 2012». Y fue esta organización la que reformó la casa, cambiando por completo el mobiliario. Aquí está el quid de la cuestión. Cuando Parques Nacionales se marcha, se lleva consigo todos los muebles del interior. Y hasta hoy. Desde entonces no ha tenido inquilinos. Solo una okupa que se instaló en la vivienda, pero no por mucho tiempo. Al día, consiguieron que abandonase el recinto.

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Una finca cerrada a cal y canto. Algo que a la alcaldesa de Ruiloba, Sara Portilla, le gustaría cambiar. «Poner en marcha algún tipo de actividad en la casa y darle un uso merecido, como siempre ha tenido».