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La Consejería de Obras Públicas tenía un reto en el puerto de Comillas: convertirlo en un muelle cien por cien operativo sin que perdiera ni ápice de su especial encanto. La tarea no estaba exenta de dificultad, dada la «complejidad de su estructura y ... su reducido tamaño», pero al final lo ha superado con creces. Así quedó de manifiesto ayer en la visita que realizó el presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, al puerto comillano, acompañado del consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa; de la alcaldesa, Teresa Noceda; y del presidente de la Cofradía de Pescadores, Luis Moro. Los políticos inauguraron la conclusión de las obras del dragado en roca de la dársena. Una intervención que ha sido clave para que los barcos puedan trabajar con total normalidad en el muelle -hasta ahora las embarcaciones se quedaban varadas en el fondo y no flotaban-.
Gochicoa destacó de nuevo la «dificultad» de los trabajos, «con los que se ha aumentado dos metros el calado del puerto», explicó el director de la obra, Manuel Ruiloba. Para poder ejecutar el dragado, tuvieron que vaciar la dársena de agua, colocar un dique impermeable y reforzar los muelles. El resultado de los trabajos, realizados por la UTE Arruti-Sercon, fue alabado ayer por el presidente del Gobierno, quien remarcó la importancia «de los puertos en las villas costeras y aseguró que el Ejecutivo va a continuar apoyando a este sector». Revilla destacó además la relevancia de este proyecto «tanto por el volumen de inversión como por la necesidad que había de ejecutarlo para garantizar la funcionalidad del puerto».
Por su parte, la alcaldesa de Comillas presumió de villa modernista y de puerto. «Comillas es uno de los pueblos favoritos de España, que cuenta con un muelle coqueto y romántico, que ya es del todo operativo tras una obra costosa -ha supuesto una inversión de 606.000 euros- y complicada», señaló. A esta actuación se ha unido recientemente el dragado de la antedársena que ha ejecutado la Consejería, y que forma parte del plan de dragados de los puertos regionales que el Gobierno de Cantabria ejecuta cada año. La intervención pone punto y final, al menos de momento, a los trabajos que se han venido efectuando en el puerto comillano desde hace diez años, cuando se construyó el espigón y la rampa varada que luego tuvo que ser retirada.
Antes de las obras, el puerto de Comillas contaba con un calado medio de 1,50 metros de profundidad que resultaba insuficiente, especialmente en mareas con coeficiente alto y en situaciones de temporal, lo que condicionaba el atraque de las embarcaciones deportivas, que llegaban a quedarse en seco en bajamares de altos coeficientes. Las obras han permitido aumentar el calado de la dársena otros 1,50 metros para alcanzar una profundidad media de agua que ronda los tres metros y mejorar la operatividad de las embarcaciones.
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