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Sócrates Sánchez Lajarín y Vicente Cortabitarte
Santander | San Vicente de la Barquera
Miércoles, 18 de septiembre 2024, 02:00
Con el aviso de mareas astronómicas excepcionales que se esperan desde hoy hasta el viernes, hay que echar un vistazo hacia atrás en el tiempo para saber de otros episodios donde las mareas vivas –típicas de estas fechas– han dejado notar sus efectos en la ... costa cántabra. En esta ocasión, se espera que la pleamar más importante se produzca mañana jueves sobre las 18.00 horas y el viernes en torno a las 19.00 horas, según las simulaciones realizadas desde IHCantabria.
Uno de los municipios que más desperfectos ha sufrido históricamente, en el tiempo, con la subida de la marea es San Vicente de la Barquera. El suceso vivido durante el mes de octubre del año pasado –uno de tantos– generó bastantes desperfectos en locales del municipio y se tradujo en la construcción, por parte de la consejería de Fomento, de un muro de medio de medio metro por todo el borde del paseo marítimo Antonio Garelly. Asimismo, se instaló una barrera móvil en una rampa que hay para el servicio de pequeñas embarcaciones en esa zona. Una actuación que permitió elevar la cota del puerto hasta los 5,95 metros, en vez de los 5,40 con los que contaba hasta entonces. Durante este mismo año, en marzo, cuando la pleamar alcanzó el coeficiente más alto hasta la fecha, con una amplitud de 116, resistió e impidió que se inundasen los establecimientos de dicho municipio.
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Ahora, ante una nueva amenaza, los comerciantes situados en el entorno del paseo Antonio Garelly se encuentran «expectantes» por las nuevas mareas que se registrarán hasta el viernes. «El coeficiente de mareas que se espera es alto, pero no se dan las mismas circunstancias que sufrimos durante el año pasado, ya que llegó acompañado de fuerte marejada y mar de fondo, por lo que confío en que en esta vez la mar no alcance mi negocio. En aquella ocasión nos sorprendió a todos», señala David Castro, propietario de los bares El Mozucu y El Ancla y que sufrió importantes daños materiales.
Con algo más de cautela muestra su percepción del aviso de mareas altas María José Barategui, responsable de la cafetería El Manantial. «Veremos el efecto del muro que se ha construido, confiamos en que surta efecto, pero tenemos miedo de que el mar vuelva a inundarnos de nuevo», confiesa. Durante el pasado temporal de octubre fue unos de los establecimientos más afectados, con importantes daños en el suelo y en gran parte de la maquinaria, que tuvo que renovar. «Los marineros, que saben mucho de esto, nos están tranquilizando porque las circunstancias en las que se producirán las altas mareas no son iguales a las del año pasado; esperemos que acierten», manifiesta Barategui. Para evitar sorpresas piensan vigilar desde las cinco de la madrugada y tomar medidas si fuera necesario. «Por las características de nuestro local, no podemos poner barreras, pero pondremos obstáculos para que el agua no nos llegue con fuerza y levantaremos hasta cámaras frigoríficas o congeladores para que en esta ocasión no se vean afectados si se da el caso», explica la hostelera.
Las previsiones del IH sitúan la marea más alta mañana alrededor de las 16.00 horas
Los establecimientos de San Vicente de la Barquera se preparan para que el mar no les sorprenda
Una combinación de olas altas, mareas vivas y vientos fuertes afectó a los municipios costeros
Otro de los acontecimientos que todavía recordarán muchos cántabros tuvo lugar hace una década. Un domingo de febrero de 2014, el temporal se alió con una marea viva y generó un oleaje descomunal. De este a oeste, de Castro Urdiales a San Vicente de la Barquera, todos los municipios costeros sufrieron las consecuencias de un gran temporal. En Santander arrasó El Sardinero, en Laredo acabó sin contemplaciones con la agonía del Puntal y en San Vicente de la Barquera anegó sus principales calles. Hubo destrozos importantes también en los municipios de Castro Urdiales, Santoña, Bareyo, Somo, Comillas y Suances.
«Confío en que esta vez el mar no alcance mi negocio; el año pasado nos sorprendió a todos»
«Pondremos obstáculos para que el agua no llegue con fuerza y elevaremos las neveras si hace falta»
Una combinación de elementos ambientales como olas de quince metros, mareas vivas con un coeficiente alto para la pleamar, un temporal de mar, vientos fuertes y la madrugada dejaron sin tiempo para la reacción. Una suma 'perfecta' de malas circustancias que generó destrucción en la capital cántabra. Reventó portales, inundó aparcamientos, arrasó el paseo marítimo y dejó desdentada la icónica barandilla de la explanada de los galeones de La Magdalena. Además, varios negocios se vieron afectados de lleno por el efecto descontrolado del mar.
Otro de los puntos afectados por las mareas vivas es Comillas. El puente de acceso a Rioturbio ya dio de qué hablar hace trece años, en 2011, por las reiteradas inundaciones que se producían en la carretera cada vez que tenían lugar mareas de alto coeficiente. La situación, que se producía con demasiada frecuencia en determinadas épocas del año, despertó las protestas de los vecinos, que se quedaban prácticamente aislados y se veían obligados a dar la vuelta por el pueblo valdáligo de El Tejo para acceder a Comillas. En 2021 tuvo que ser cerrado al sufrir problemas con la subida del nivel de agua para ser arreglado por parte de los ayuntamientos de Comillas y Valdáliga.
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