Una joven cae por un terraplén con su coche tras chocar contra un jabalí en Cabezón

Pero no sólo Dios ayudó el jueves por la noche a Amira. También lo hizo el conductor que circulaba por detrás de la joven y que no dudó el bajarse de su coche y ayudarla a salir de su vehículo en el que estaba atrapada y «si no llega a ser por el no hubiese podido salir», comenta Irma, madre de la conductora.

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José Carlos Rojo

El accidente se produjo a las 22.00 horas del jueves, cuando Amira conducía desde Cabezón a Villanueva de la Peña para ir a ver a su novio, «un camino que recorre casi a diario», explica su madre. En el kilómetro 245,9 de la carretera nacional 634, «antes de llegar a los abetos, enfrente a una de las rotondas -dice su madre- ahí la salió el jabalí. Nos ha dicho que ella intentó evitarlo, pero el animal se fue contra el coche». Aunque Amira no conducía muy rápido por ese tramo, «el impacto contra el jabalí, que pesaba cerca de los 90 kilos y se quedó muerto allí mismo, hizo que el coche se fuera por el terraplén para abajo. Además, como el suelo estaba mojado, el vehículo fue resbalando hasta quedarse muy cerca del cauce del río», explica la madre de la conductora.

El hombre joven que circulaba por detrás del coche de Amira fue testigo del accidente y no dudó en parar para socorrer a la joven. «Dice mi hija que no le conocía de nada, que no le parecía alguien de la zona, pero que fue muy amable y la ayudó a salir. Estamos ahora intentando hacernos con el teléfono del chico para darle las gracias por lo que hizo. Si él no llega a estar allí y la tranquiliza y la saca del coche tal y como hizo, ella cree que no habría salido», reconoce la madre.

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Para cuando los servicios de emergencia llegaron hasta el punto del accidente, Amira ya estaba fuera de su coche, acompañada por «su salvador y «muy asustada». «Dice que le temblaban las piernas y no me extraña -continúa su madre- porque ¡no quiero ni pensar lo que la podía haber pasado!», explica Irma. Lo que hicieron los bomberos del Gobierno de Cantabria fue asegurar el turismo para acceder al habitáculo a quitar el contacto, y recoger documentación y las pertenencias de Amira. El Ford Focus de Amira se quedó durante toda la noche y el viernes seguía allí, a la espera de una pluma para poder rescatarlo. «No sé cómo quedará el coche, pero creo que mal. Por lo menos tenemos contratado un seguro para choque con animales salvajes. Viviendo por aquí estás casi obligado», relata Irma.