El Lazareto de Abaño ya en vías de su restauración, recibe otro ataque grafitero

La capilla del Lazareto es uno de los primeros vestigios del gótico en Cantabria. Tras años de abandono en los que se llevaron hasta la pila bautismal y la espadaña, a finales del pasado siglo y principios del presente se descubrieron unas vistosas pinturas formadas por dos barcos, diversos rosetones y una gran cruz sobre el altar, todas ellas realizadas en pintura roja y documentadas ampliamente entonces por los desaparecidos investigadores, Ramón Bohigas y José Luis Casado Soto.

Hace un par de días, otro arqueólogo, Lino Mantecón, ponía en evidencia que los vándalos habían vuelto a hacer de las suyas en la fachada de la ermita de San Lázaro con la realización de pintadas. Grafitis de nulo valor y firmados y fechados por sus autores en 2020 y 2021.

Desde el Ayuntamiento se censuraba ayer este nuevo ataque, pero se destacaba el hecho positivo de que el Consistorio ya está interviniendo junto a la propiedad y un grupo de expertos para poner en valor el edificio. De hecho, durante el último año se ha restaurado la cubierta de la ermita para poner a salvo los murales y se está pendiente de una subvención de la Dirección General de Patrimonio para arreglar la ermita y, en una última fase, abrirla a las visitas. La concejal del área, África Álvarez, explicó que el Ayuntamiento de San Vicente tiene «urgencia» por «avanzar en el cierre del edificio» y aclaró que se arreglará «con o sin subvención» pero que esta legislatura marcará «un antes y un después» para un final feliz para el Lazareto medieval de Abaño.