«Un lobo en la mies, a plena luz del día, dejándose ver era algo impensable»

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Nacho González Ucelay

Por eso «decidí grabar un vídeo», en el que aparece la yegua y se escucha su voz en off. Es verlo y dan ganas de llorar y no porque sea lacrimógeno, sino por cómo la madre observa a su cría muerta. «Es terrible», relata la ganadera, que ya sufrió un ataque similar el año pasado con dos potros grandes. «No soy una influencer del mundo rural ni nada, pero difundir este tipo de contenidos es la única manera de intentar que ciertos colectivos empaticen con lo que nos está sucediendo», explica.

El lobo, continúa, «no tiene barreras ni depredador, nadie que le diga hasta aquí no puedes llegar». Y cada vez atacan más cerca de las viviendas. «Los vecinos llevamos días viendo a un lobo solitario en la mies de Colsa, a cincuenta metros del pueblo, y ya les he dicho a mis hijos que no vayan por allí en bicicleta». E insiste: «un lobo campando a sus anchas a la luz del día a la vista de todo el mundo antes era algo impensable». Y todo esto sucede «antes de que empecemos a sacar a los animales con la primavera». Cuando estén fuera «va a ser una escabechina», advierte.