

Secciones
Servicios
Destacamos
En el centro de la pedanía cabezonense de Santibáñez hay un parque infantil, junto a una carretera, con su correspondiente marquesina, y varias casas, con ... sus patios y sus vecinos, como en cualquier otro pueblo. Pues bien, la pared de una de las viviendas –una de las más céntricas- linda con la finca donde en la madrugada del sábado los lobos mataron a una oveja. A diez metros del parque donde juegan los niños y de la parada de autobús, y de la carretera, por la que circulan coches. Y ciclistas. Lo del sábado fue insólito, porque el cánido atacó en el corazón de este núcleo rural y porque de siete ovejas tan solo mató a una y ni siquiera se la comió. «Algo debió asustarlo -opina Carlos Sánchez, propietario de los animales- y salió corriendo, porque si no habría atacado a todas». Al lobo le dio tiempo a eliminar a la oveja y arrastrarla unos metros. Las demás están bien, ni un mordisco.
Noticia Relacionada
«Quizá pasó un coche y le asustó la luz, porque el terreno está pegado a la carretera», insiste el ganadero, que tiene vacas tudancas, yegüas y cabras en otra propiedad ubicada en la pedanía de Vernejo. Allí ha llevado a las seis ovejas que le quedan para meterlas en la cuadra y evitar futuros disgustos como el que tenía este domingo. Al menos no llegó a la finca a primera hora de la mañana y se encontró el panorama, como empiezan la mayoría de relatos sobre el lobo. A Carlos le avisó su vecino. «Me envió una foto por whasapp», así que ya sabía a lo que iba. Pero el susto se lo llevó igual. Y todo lo demás. «Yo no vivo de ellas, no se trata de su valor económico, sino sentimental, porque a los animales les coges cariño, como el que tiene un perro». Y luego está la preocupación de que haya tenido lugar ahí, junto a un parque «donde hay niños pequeños». Y al lado de las casas.
«Esto es insostenible», se queja. «Todo el mundo dice que se van a tomar medidas pero luego no se hace nada y el que sale perjudicado es el ganadero», continúa. «Es como si vas a una fábrica a trabajar todos los días y te pinchan las ruedas del coche. Terminan con tu modo de vida y yo no sé si en el futuro vamos a comer alimentos sintéticos en tres dimensiones o qué, porque si seguimos así la ganadería desaparecerá», alerta Carlos. El productor recuerda que «si este ataque ha tenido lugar en pleno centro del pueblo, en Cabezón de la Sal, qué pasará en Liébana o en Polaciones».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.