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Los vecinos de Treceño han lamentado en los últimos días la pérdida de cinco ovejas tras ser atacadas muy cerca de las casas, lo cual ha incrementado la alarma en el pueblo, donde hace menos de un mes otros ganaderos ya denunciaron la pérdida de ... sus animales por el mismo motivo.
Los últimos ataques se han producido más cerca de las casas si cabe, a menos de diez metros. Entre las víctimas, dos de Miguel Izaguirre, ambas preñadas. Se encontró la estampa el sábado por la mañana, tras ser avisado. Desde entonces está «todo el día pendiente» de que vuelva a sonar el teléfono.
«Me llamó un vecino que se levantó por la mañana y encontró que había dos ovejas muertas, debió de ocurrir al amanecer», comienza su relato y da paso a las palabras de quien se lo comunicó, Adolfo Purón. «Yo cuando vi una, digo: 'se murió', pero cuando vi la segunda ya me acerqué y vi que estaba comida por abajo». Purón prosigue explicando que en los 42 años que lleva viviendo en Treceño nunca había conocido de estos ataques tan cercanos a las casas: «Esto es cosa nueva aquí», asegura.
Para Izaguirre, este no es un episodio aislado, pues cuenta con más animales en una finca de Cabezón de la Sal, donde reside, donde también ha recibido ataques. El último, en septiembre del año pasado: «Me mató siete contra la misma casa, a cien metros. Cualquier día se meten en casa». Explica que, en total, ha perdido 26 animales por este motivo, pues hace dos años el lobo le mató 17. «Y de los 26, solo me han pagado ocho», cuenta preocupado, ya que la ganadería es, junto a su pequeña pensión, su modo de vida. «Yo las tengo para comer, que soy pensionista, y un poco de cada, pues me ayuda», dice.
«Quién nos paga a nosotros el pienso y qué ganamos nosotros», se pregunta indignado. «Criamos nada más que para la fauna», añade. «Quieren fauna pero lo que tienen que hacer es darle de comer a los lobos, no que les demos nosotros y encima no paguen».
El mismo día del ataque a las ovejas de Izaguirre, también en Treceño, se registró otro. «A doscientos o trescientos metros, detrás de la gasolinera mató otra y se comió más de la mitad», cuenta. Un par de días más tarde, hubo otro ataque que se cobró otras dos víctimas. También muy cerca.
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