Los okupas abandonan Carrejo ante la presión vecinal

Según ha explicado la vecina, «alrededor de las diez y media de la mañana de este jueves se presentaron dos taxis frente a la casa, donde los okupas introdujeron todas sus pertenencias, para luego ellos bajar andando en dirección al centro de Cabezón de la Sal». Todo indica, asegura, «que han vuelto a la Acebosa, en San Vicente de la Barquera», donde ya habían okupado otra vivienda. Después de que la Guardia Civil certificara que se habían marchado, «los propietarios entraron en la casa, limpiaron y tapiaron la puerta», con el fin de que un hecho de este calibre no se vuelva a repetir.

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En la puerta de la casa que ha permanecido okupada diez días han colocado globos de colores. Al lado, una pancarta en la que se lee «gracias». «Estamos muy agradecidos a todos los vecinos que se han acercado a colaborar, que han hecho posible que esto terminase tan rápido». La vecina opina que aparte del evidente y explícito rechazo de los habitantes de Carrejo, «los okupas pudieron sentirse amedrentados, ya que han llegado a arrojar piedras contra la casa». La Guardia Civil, relata, «les recomendó que abandonasen la vivienda». Así lo hicieron, este jueves, tras la fuerte presión vecinal. Los propios okupas reconocían el pasado martes que los habitantes del pueblo no les saludaban ni les ayudaban en nada. Por su parte, los vecinos afirmaban sentir miedo por la actitud que mantenía la familia.

Pero ahora todo se acabó, al menos de momento, y Carrejo parecía hoy un pueblo distinto, con la vecina de enfrente de la vivienda okupada regando las plantas –en los días anteriores ni siquiera contestaba al timbre si alguien llamaba a la puerta-, las niñas patinando en la pista, las personas mayores tomando el sol en la plaza… Era como el final feliz de una película. Pero puede que haya una segunda parte y una tercera, porque sigue habiendo muchas casas y pisos vacíos en la zona.