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«Soltar una riada, sin aviso de nadie, con una cantidad exagerada de agua, no se puede permitir». Así de tajante se mostró ayer el alcalde de Herrerías, Francisco Linares, tras el encuentro mantenido en el Ayuntamiento de Val de San Vicente con el regidor ... de este municipio, Roberto Escobedo, en el que pusieron de manifiesto el «peligro» generado el martes por la presa de Palombera de Saltos del Nansa, ubicada en Celis. Ambos concretaron los aspectos que quieren abordar en la reunión que pidieron el miércoles al delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría, con representantes de la Confederación Hidrográfica así como de la empresa Acciona. Exigirán «una mejor gestión de las compuertas» e información a tiempo con el fin de salvaguardar la integridad física de quienes estén cerca del río, así como proteger a los animales y los bienes que estén aguas abajo, que entienden que se pusieron en riesgo al subir el nivel del agua.
Roberto Escobedo | Alcalde de Val de San Vicente
«La gente paraba en la presa, se tapaba la cara con las manos y se marchaba ante la imagen que estábamos viendo, y no te digo ya nada los vecinos que viven aguas abajo, de lo que veían que estaba pasando...», prosigue Linares. «En esta ocasión no hubo ningún daño de milagro, porque abrir una presa de golpe para que salte el agua supone un riesgo total para los vecinos y para ellos mismos», añade el alcalde de Herrerías, que acudió al lugar alertado por varias personas y se sorprendió al ver que «aquello no tenía ni orden ni concierto». El regidor expone, para argumentar el riesgo que dice que también se generó para la propia empresa, que «ahora mismo todo el material que tenían de la obra fuera de la zona de Palombera desapareció» y concreta que «hay unas ocho mil toneladas de piedra que tenían ellos allí para hacer la obra que han desaparecido, están esparcidas por el río, cosa que es perjudicial para la imagen del río».
Por su parte, el alcalde de Val de San Vicente explicaba que el martes ambos regidores estuvieron en contacto ante lo que estaban viendo: «El nivel del agua en el Ayuntamiento de Herrerías y en el nuestro subió de manera considerable».
Francisco Linares | Alcalde de Herrerías
Para que se entienda el peligro que se corre, los regidores subrayan que aguas abajo, además de los pueblos con sus vecinos viviendo, explotaciones ganaderas en las vegas, y embarcaciones, está la Senda Fluvial del Nansa -una ruta compartida por ambos municipios-, que forma parte del Camino Lebaniego, «con un gran número de personas transitando».
Consideran los regidores, como exponía Escobedo, que «hoy en día todos tenemos datos y la propia empresa que gestiona la presa tiene datos con suficiente antelación, previsiones de lluvia, para poder gestionarlo de otra manera». Y que así no se repita lo que cuentan que pasó: «No se abrieron las dos compuertas, se abrió solamente una, el pantano estaba lleno y cuando llegó el mayor volumen de agua, al estar el pantano lleno, el agua saltó por encima de la otra compuerta que no se había abierto». Entienden, por tanto, que fue «demasiado tarde» y que ante previsiones de agua se debería dejar el pantano vacío y luego ir regulando la suelta con las compuertas.
Insisten en que esta vez «ha habido suerte y si hubiese llovido más igual estaríamos hablando de otra cosa diferente», pero se niegan a «tener que estar pendientes de la suerte». Hace años se avisaba de que se iba a soltar agua mediante una sirena que se oía en la mitad del municipio de Herrerías, por lo que éste tenía conocimiento, aunque el de Val de San Vicente no. En base a esto se pide no sólo que se recupere el sistema, sino que se mejore para que puedan estar enterados los vecinos de ambos municipios.
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