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Lo que en principio iba a ser una manifestación tranquila, con el corte de las dos rotondas que sirven de acceso y salida a la A-8 en Unquera se fue acalorando por momentos. A una gran parte de los 200 ganaderos les sabía a ... poco, por lo que decidieron escalar por los taludes para interrumpir el tráfico. Lo consiguieron, no sin la intervención de la Guardia Civil que trató de evitarlo. Una joven se llevó un fuerte porrazo en las dos piernas –quedó marcada– y varios manifestantes fueron retenidos, sin éxito, cuando trataban de superar los guardarraíles. Los guardias se vieron sobrepasados y no tuvieron más remedio que aceptar el corte de la circulación. Fueron los momentos más tensos. El bloqueo duró una hora, hasta que acudió una dotación de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic), los antidisturbios de la Benemérita, que con su presencia consiguieron disuadir a los manifestantes sin llegar a emplear la fuerza.
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«Me habéis engañado, ateneos a las consecuencias», repetía el jefe del dispositivo de la Guardia Civil a los manifestantes que ocupaban los dos carriles de la autovía en sentido Torrelavega. «Si saltáis al otro lado (sentido Oviedo) y también lo cortáis, entonces todos seréis responsables. Todos», les advirtió.
La protesta comenzó con sosiego. Los líderes de la organizaciones agrarias habían coordinado la actuación en colaboración con la Guardia Civil: corte total de las dos rotondas y quema de pacas de paja. Para conseguirlo, habían reunido hasta 37 tractores que bloqueaban los accesos. «Para esto hemos venido. Esto es muy pacífico. Hay que levantar al ministro del asiento del despacho», comentaba uno de los corrillos que se habían formado. Una parte de los manifestantes tenían claro que el éxito pasaba por el bloqueo total de la A-8.
Fue cuando comenzaron a trepar por el talud y los guardias civiles intentaron evitarlo. Poco después, una gran parte de los trabajadores del campo estaban sobre la plataforma. Faltaban cinco minutos para la una de la tarde. Enseguida llegaron refuerzos: 14 miembros de la Usecic, que se fueron acercando en formación a la protesta para tratar de disolverla. Los ánimos se encendieron por momentos. «Iros a Barbate si tenéis huevos, valientes», comenzaron a increparles desde lejos. «Sois los perros de Sánchez (en alusión al presiente del Gobierno)», les gritaron. Como curiosidad, muchos de los tractores aún lucían el crespón negro en recuerdo de los dos guardias civiles fallecidos tras ser arrollados por una lancha de narcotraficantes.
Eran ya casi las dos de la tarde cuando los efectivos de la Usecic recibieron la orden de ponerse el casco, alzar los escudos y desenfundar las porras. Una maniobra diseñada para tratar de convencer a los más renuentes. Lo consiguieron. Varios de los manifestantes fueron identificados, también todos los tractores presentes en la protesta. Los ganaderos organizaron una pequeña asamblea después de que los líderes sindicales negociasen una retirada pacífica a cambio de que las denuncias no fuesen tramitadas. Lo aceptaron a regañadientes tras una larga discusión. A las 14.50 horas, como habían prometido, los tractores se fueron marchando. Diez minutos después, no quedaba nadie.
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