El renacer del puerto de San Vicente

Por una parte, el hecho de que la parte final de la costera del bocarte se haya desarrollado en su mayor parte en el oriente de Asturias, lo que ha favorecido que tanto la flota de San Vicente como muchos barcos de otros puertos del Cantábrico hayan utilizado la lonja barquereña para vender sus capturas. Esto ha sido posible porque embarcaciones con base en puerto vascos, gallegos o de Cantabria han perdido el miedo a entrar al puerto de San Vicente tras el dragado en roca ejecutado el año pasado en el acceso al canal de navegación, un problema que limitaba en gran medida la actividad del puerto barquereño al estar solamente accesible para las embarcaciones de mayor calado en los momentos próximos a la pleamar, con la inseguridad que esto suponía tanto para la integridad de las embarcaciones como de las tripulaciones.

Buena muestra del cambio radical que ha vivido el puerto en estos meses y que se ha reflejado en la costera del bocarte, ya próxima a su fin, es que la Cofradía de Pescadores ha cerrado el mes de mayo registrando la venta en lonja de 2.663.000 kilos de pescado frente a los 2.187.825 kilos que se contabilizaron en todo el ejercicio del año anterior lo que supone un incremento del 22% con relación al año anterior sólo en los cinco primeros meses de 2020.

Ese importante aumento en las capturas ha llevado a iniciar el mes de junio prácticamente con los mismos ingresos con los que cerró todo el año 2019, cerca de tres millones de euros. Cifras que en ambos casos se verán notablemente incrementadas en lo que queda de año cuando se está a punto de iniciar la costera del bonito, que el año pasado también registró un importante incremento al desarrollarse también una buena parte en la zona próxima al puerto.

En aquellos datos ha pesado en gran manera la costera del bocarte, que se puede considerar histórica para el puerto de San Vicente, con unos registros que han superado con creces los logrados en las últimas décadas. Hasta el momento se han vendido en esta lonja 1.245.000 kilos que han supuesto 1.570.000 euros, cantidad que podría haber sido aún mucho mayor, ya que la situación de la crisis sanitaria con la caída del mercado y de la actividad en las conserveras hizo que el precio medio fuese de apenas 1,26 euros el kilo, la mitad que en el año anterior. Esta crisis también afectó a la costera del verdel que registró igualmente un importante incremento en el volumen de capturas, pero que prácticamente se igualó en ingresos a la de 2019 por la caída de mas de un 50% en el precio medio.

Si el pasado año se ejecutó un dragado excepcional para eliminar parte de la roca de entrada al puerto, durante la pasada semana se inicio el dragado rutinario que se acomete todos los años para limpiar la canal de navegación y permitir así tener un calado mínimo de 3,5 metros para mejorar la seguridad de las embarcaciones.

Estos trabajos, que se prolongarán a lo largo de los dos próximos meses, se ejecutan con una draga de succión que extrae la arena del fondo mediante un tubo de aspiración. El sistema dispone de lanzas de agua a alta presión que al impactar con la arena del fondo la pone en suspensión para succionarla a través del tubo de aspiración, bombeándola a la cántara de la propia embarcación. Con estos trabajos, que han comenzado a realizarse frente a la lonja, se eliminarán 20.000 metros cúbicos de arena.