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Periedo
Jueves, 18 de agosto 2022, 07:16
Llevan más de veinte años viendo como un regato inunda sus viviendas cada vez que llueve. Un grupo de vecinos de la pedanía de Periedo, en Cabezón de la Sal, ha denunciado que «en cuanto caen cuatro gotas, el regato que procede de la finca ... colindante a nuestra urbanización se desborda y el agua termina por entrar en jardines, garajes e incluso en las propias casas». El problema afecta a varios residentes cuyas viviendas se encuentran junto a un terreno situado a la salida del pueblo de Periedo. Afirman sufrir esta situación «desde hace más de dos décadas y hasta el momento nadie haya hecho nada por solucionarlo». Según su relato, «el agua sale con mucha presión y sin encontrar resistencia». «Tanto es así que hay propietarios que han tenido que cerrar la entrada al garaje tras ver cómo el agua lo cubría más de un metro cada poco tiempo», explica Eduardo Fernández, uno de los afectados cuyo chalé se encuentra justo al lado de la finca del regato.
«A mí no se me ha inundado la casa porque está en alto, pero el terreno sí, varias veces», explica Luis Arranz. En invierno, la situación se puede llegar a repetir «hasta en tres o cuatro ocasiones». Los propietarios han acudido al Ayuntamiento para exponer los hechos y buscar una solución, «no solo con este alcalde, sino también con los anteriores, y ninguno ha hecho nada más allá de construir una rejilla que resulta del todo insuficiente y que es más un parche que una solución definitiva», se quejan. También han enviado escritos, llamado al 112, han limpiado ellos mismos el terreno, pero nada, «el regato continúa desbordándose» y causando problemas a los vecinos de las viviendas colindantes.
«Yo llegué a perder un ciclomotor que luego nadie me pagó», expone otro afectado. Aseguran que el problema se agravó «tras la concentración parcelaria». «La capacidad de la tubería es limitada y el agua ha de salir por algún sitio, hasta convertirse en un verdadero río», manifiestan.
Para estos vecinos la solución pasa por «instalar un colector en condiciones que desvíe el agua», pero hasta el momento nadie ha ejecutado obra alguna, aunque sí se han construido rejillas para absorber el agua que sin embargo tampoco dan abasto.
«Estamos hartos de que hagan oídos sordos y hasta lo damos por perdido», señalan resignados. «Si en vez de ser unos pocos vecinos fuéramos cincuenta, entonces sí que nos harían caso», apuntan.
Los habitantes de la pedanía cabezonense vienen sufriendo desde hace varios años las consecuencias de los desbordamientos del río Saja siempre que se registran fuertes lluvias en Cantabria. En este caso, este grupo de vecinos alude a un problema diferente. «Una cosa es cuando se sale el Saja y otra es lo que nos pasa a nosotros desde hace demasiado tiempo», concluyen.
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