La destartalada bolera de Arce recuperará su esencia

En concreto, el Ayuntamiento de Piélagos encargará los trabajos mediante un proceso de adjudicación con el objeto de llevar a cabo la sustitución de la estructura de la cubierta existente, que ha sufrido importantes daños a consecuencia de filtraciones de agua y la corrosión de elementos de anclaje y sujeción. Para la colocación de la nueva cubierta será preciso una intervención mediante una grúa, que no afectará a la estructura de hormigón. Dicha cubierta consistirá en una estructura laminada formada por ocho pórticos, dos de los cuales son dobles, debido a las diferencias geométricas de la estructura.

El proyecto de mejora que se pretende llevar a cabo en la bolera de Arce se materializará gracias a la cesión del espacio que realizó la Junta Vecinal de Arce al Ayuntamiento. Un trámite necesario para que el Consistorio asuma los trabajos e intervenga en el lugar pero que ha generado controversia entre los grupos de la oposición, sobre todo, entre los que ostentaban el Gobierno local en la anterior legislatura (PSOE, PRC y @VIP).

Al menos, así ha trascendido en las últimas sesiones plenarias, cuando algunas de estas agrupaciones criticaron públicamente que la junta vecinal, en manos del PP, no cediera entonces, en la anterior legislatura, la bolera y ahora sí, que es cuando las siglas del gobierno municipal y de la pedanía coinciden.

Incluso el pasado mes de diciembre, el líder de Alternativa Vecinal Independiente de Piélagos (@VIP), Luis Antonio Sañudo, acusó en nota de prensa al pedáneo de la localidad, José Manuel Alegría, de haber estado ocho años «engañando a sus vecinos» al decir que el Ayuntamiento «se negaba» a reparar la cubierta de la bolera, cuando «sabía que debía cederla» al Consistorio para que pudiera intervenir.

Una acusación compartida por los grupos que formaban parte del anterior equipo de gobierno y que responden a una consideración de que existe «interés político» en este proyecto. También han reinado dudas en cuanto a por qué una cesión a ocho años, plazo que, sin embargo, el propio Ayuntamiento consideró holgado para llevar a cabo las obras.