La afluencia de visitantes a la casa navideña de Parbayón obliga a Piélagos a tomar medidas especiales de tráfico

La afluencia de visitantes se cuenta por cientos. Diariamente. Son los curiosos que se acercan hasta la casa de Parbayón cuyo dueño decora todas las Navidades con decenas de bombillas. Es el barrio de El Jurrió. Allí se ubica la casa del electricista cántabro Francisco Cano, decorada con más de 34.000 luces.

Son tantos los visitantes, por unas calles estrechas junto a la N-623, que el Ayuntamiento de Piélagos con la Policía Local y en colaboración con la Guardia Civil de Tráfico se ha visto obligada a activar un operativo especial para garantizar la seguridad vial .

El concejal de Obras y Servicios, Antonio Gómez Mirones, y el alcalde pedáneo de la localidad, José Ángel Diego, han explicado que el objetivo es evitar riesgos para los peatones que transitan por este entorno.La Demarcación de Carreteras del Estado en Cantabria ha reformado este año el arcén de la N-623, en el tramo comprendido desde el centro urbano hasta la vivienda, creando un paso peatonal protegido con bolardos. Además, en el arcén opuesto, se han colocado vallas para evitar el estacionamiento inadecuado de vehículos, que ralentizaba el tráfico por la zona e incrementaba los riesgos, tanto para conductores como peatones.

Gómez Mirones ha apuntado que, tanto Policía Local como de Agentes Guardia Civil de Tráfico en la zona, establecen servicios puntuales para la vigilancia, ordenación, disciplina y seguridad del tráfico.

Asimismo los voluntarios de Protección Civil de Piélagos acuden a la misma para garantizar la seguridad vial en momentos de máxima afluencia de público, especialmente los fines de semana.

Por otro lado, ha anunciado que el Consistorio ha procedido a la reordenación del sentido de circulación de las calles adyacentes a la vivienda, en la parte trasera de la misma, con el fin de facilitar el tránsito de los vehículos y, con ello, evitar los habituales atascos.

En la misma línea, ha subrayado que es en esta zona interior, donde hay calles libres, que pueden ser utilizadas como aparcamientos disuasorios, siempre en una de las calzadas, dejando la otra libre, para la circulación de los peatones.