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«El río está pegado a mi casa. Estoy muy nervioso». Así intentaba explicar este jueves Raúl Agüero, un vecino del barrio de Salcedo, en Vioño de Piélagos, lo que ha supuesto una nueva jornada de lluvias en una de las zonas más castigadas ... por el desbordamiento del río Pas. Lo hacía desde el interior de su casa, con el temor de lo que podría depararle el cauce en las próximas horas. «Vamos a estar toda la noche en vilo, cuando esto se podía haber evitado».
Raúl aseguraba este jueves por la tarde que no se iba moverá de su casa, aunque nunca antes haya tenido el río tan cerca de su vivienda. «El agua se habrá comido ya unos cien metros y ha hecho 'vena' cerca de la vivienda; yo no sé qué más tiene que suceder», asegura el hombre, que no puede evitar ponerse en lo peor.
Y es que, con la crecida del Pas, –no llega a dos semanas después de las últimas inundaciones–, la impotencia y el temor se han apoderado de nuevo de la relativa tranquilidad que empezaban a recuperar los vecinos. El barrio de Salcedo fue este jueves uno de los más castigados por el río, aunque el foco estuvo puesto nuevamente sobre el conjunto de los barrios de Vioño, Oruña y Carandía. «Es que ya llueve sobre mojado», comentaba José Antonio Martín, vecino del barrio de La Ventilla. «En quince años que llevo aquí, ya he vivido seis inundaciones y no puedo más. Ya me he cansado de esto. En cuanto pueda, me marcho de aquí», lamentaba antes de que llegara la temida pleamar.
«Esto es un sinvivir; el río no nos da tregua», comentaban Ramón Eguren y Vicente Sánchez, también vecinos del barrio La Ventilla, mientras se asomaban al cauce del río que, a escasos metros de sus viviendas, ya llevaba horas bajando embravecido. «Dicen que se está estabilizando, pero yo lo veo así, que parece más un mar que un río y me da miedo», aseguraba Javier, otro vecino de la zona.
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Precisamente La Ventilla ha sido uno de los barrios del municipio que se ha intentado blindar ante el Pas. Vecinos de diferentes puntos del municipio han utilizado sacos de arena –incluso el Ayuntamiento de Piélagos los ha proporcionado– para frenar el avance del agua.
Todos ayer echaban quinielas, mientras miraban al río y al cielo, para que llegue una tregua que les devuelva la tranquilidad.
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