El bonito llega a los puertos en abundancia, pero los precios en lonja se «desploman»

Tanto la flota de cacea como la de cebo vivo están localizando los bancos de túnidos a escasas millas de la costa. Una alegría que se ve empañada cuando las tripulaciones amarran en puerto y ven desplomarse los importes en las subastas. De media, se está pagando a 3 euros el kilo - e incluso algo menos - frente a los 4 euros a los que se cotizaba el pasado verano. «Es un 25% menos de ingresos que, en tantos kilos de bonito, al final es una cantidad económica apreciable», valora Nates. «No he conocido una campaña con precios medios tan bajos para el sector de vivero como la actual», incide.

Hasta el momento, la flota del Cantábrico ha consumido el 32,41% - unas 6.000 toneladas - de la cuota total disponible para este ejercicio que alcanza las 18.605 toneladas. «Es casi el doble de lo que se había capturado por estas fechas en 2022», apunta el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores Virgen del Puerto de Santoña, Miguel Fernández, que, como su homólogo, se muestra satisfecho por la presencia del bonito del norte en el Cantábrico, aunque lamenta el «desplome» de los precios.

A la hora de buscar razones, Nates alude a que las conserveras no están acudiendo a comprar bonito y, eso, se nota. «Es algo muy extraño y a lo que no encuentro explicación». Prácticamente, la totalidad de las capturas se dan salida para el mercado de fresco lo que está haciendo bajar la cotización, ya que al haber tanta cantidad se satura. Fernández también hace referencia a que las embarcaciones están regresando a vender a tierra prácticamente todas a la vez, lo que juega en contra de sacar un mayor beneficio.

El pasado lunes la flota de bajura vivió una jornada histórica con la descarga en todo el Cantábrico de cerca de un millón de kilos de bonito del norte. En la lonja de Santoña se despacharon 170.000 kilos y en el cabildo pejino la báscula llegó a pesar 85.000 kilos de este pescado. Y porque la instalación - de 400 metros cuadrados - no tiene capacidad para albergar más.

Los ejemplares son de tamaño grande y en su gran mayoría mediano o recortado, de unos 5 kilos. «Se está tropezando desde Cabo Peñas (Asturias) hasta el Cabo Machichaco (Vizcaya)», señala Fernández. Y es que el bonito entró madrugador ( a mediados de junio) en aguas del Cantábrico y ya está metido de lleno. «Es lo bueno porque otros años le ha costado más. No hay una sola zona donde se concentre. Está al norte de nuestros puertos a 30, 20 ó 10 millas. Es muy variable. Hay que seguirle y buscar mucho», describe el presidente.

Los partes de la mar están acompañando con buenos tiempos por lo que los barcos salen a faenar de manera continua. En mareas de cinco o seis días. De mantenerse el ritmo actual de capturas en la flota de vivero, Nates cree que la costera puede tocar a su fin para agosto como ha ocurrido en los últimos cuatro años a excepción del pasado, cuando debido a la adversa meteorología no se llegó a agotar el cupo. Fernández considera, sin embargo, que puede extenderse hasta septiembre; aunque ambos coinciden en que de la mar nunca se puede hacer predicciones. «Hay que ir día a día viendo lo que se desembarca».

Lo que sí tienen claro es que «aunque se esté pescando lo mismo o incluso más que en la pasada costera, la rentabilidad está siendo mucho menor». Y es que los costes de salir a alta mar son más altos, el gasóleo ha subido y ya no disponen del descuento de 20 céntimos que se aplicaba la pasada temporada. Así las cosas, confían en que el precio fluctúe las próximas semanas al alza porque de lo contrario «muchos barcos lo dejarán porque no van a cubrir el gasto en combustible», vaticina Fernández.