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Los estudiantes de tercero de Primaria estuvieron todo una mañana dando color a la naturaleza que les rodea. Mariasun Arenado
Cicero convierte sus árboles en arte

Cicero convierte sus árboles en arte

Escolares del colegio Flavio San Román han llevado a cabo el proyecto 'El bosque de las emociones'

Ana Cobo

Santoña

Viernes, 7 de diciembre 2018, 07:16

«Hace años visité el bosque de Oma con mi hija y mi sobrina y pensé que tenía que hacer algo así con mis alumnos, por supuesto, a un nivel mucho más modesto». Ese sueño profesional de Mariasun Arenado se ha hecho realidad. Los escolares de tercero de Primaria del colegio público Flavio San Román, de Cicero, inauguran hoy, al mediodía, 'El bosque de las emociones', un proyecto de arte en la naturaleza a través del cual han transformado un espacio público en un lugar «mágico y especial».

La intervención se ha llevado a cabo en el entorno que rodea al lavadero del río La lastra, en la parte alta del barrio de San Pelayo, en Cicero. Allí, los estudiantes han pintado varios árboles representando distintas emociones así como un conjunto de piedras en las que han plasmado frases con mensajes positivos. El proyecto ha estado coordinado por las tutoras, Mariasun Arenado y Esmeralda Ibáñez, pero los alumnos han sido los verdaderos autores de esta pequeña obra de arte. «Todo lo han hecho ellos».

Antes de agarrar las brochas y los botes de colores, en las aulas han realizado un trabajo previo para abordar otras competencias educativas. «Hemos llevado a cabo un proceso de investigación en el que hemos estudiado la obra de otros artistas que han intervenido en la naturaleza como Agustín Ibarrola o los cántabros Okuda y Maichak Tamanaco». Un ejercicio que les ha permitido interpretar sus creaciones y coger ideas para inspirarse.

La actuación, realizada en el entorno del lavadero del río La lastra, se inaugura hoy, con los alumnos, familiares, vecinos y autoridades

Los pequeños también han hecho uso de los medios digitales para buscar por internet la zona de actuación –la conocían porque ahí se celebra el Día del Árbol– y, posteriormente, han llevado a cabo dos salidas para inspeccionar el lugar 'in situ' y acordar entre todos qué podían pintar. Viéndolo, se percataron, cuentan las docentes, de que «uno de los árboles tiene dos 'colmillos' y es el árbol Drácula. Representa el miedo». En otro, encontraron tallado un corazón junto a una fecha y simboliza el amor, la amistad. Ellos han pintado ese corazón de un rojo intenso rodeándolo de flores. Y la alegría se refleja en un vistoso tronco con rayas de todos los colores. Como un arco iris.

La intervención artística se completa con frases positivas que han plasmado en varias piedras 'escondidas' a pocos metros del lavadero. Al leer los mensajes, puedes descubrir que «nacemos para ser maravillosos y no perfectos», aprender que «el esfuerzo es el camino para conseguir lo que te propones» o darte cuenta que «todo el mundo sonríe en el mismo idioma». Algunas inscripciones las han inventado ellos mismos, otras las han buscado y el poeta Chus Castro les ha dedicado una.

Colaboraciones

El resultado final lo plasmaron la semana pasada en una sola jornada escolar. Fue una experiencia colaborativa en la que contaron con la participación de Tamanaco, que se trasladó hasta Cicero para echarles una mano en la creación del 'Bosque de las emociones'. «Le invitamos para que hiciera de artista asesor y supervisará la labor. Es muy creativo». No ha sido el único. A la sesión se acercaron también los fotógrafos, Alfonso Martínez Pla y José Manuel Sánchez ('El rey Lagartón') para captar imágenes así como vecinos, madres y la profesora en prácticas, Tamara Barquín. La iniciativa cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento y se ha desarrollado con pinturas respetuosas con el medio ambiente.

Hoy, día de la inauguración, los estudiantes se encargarán de explicar su obra y hacer una visita guiada a todos los que se acerquen. Están invitados autoridades, familiares, compañeros y vecinos. Para uno de los vecinos, Javi Muela, será un acto muy especial. «Él nos ha contado que ha pasado mucho miedo y frío en estos bosques. Con ocho años falleció su padre y le mandaban a este lugar a cuidar el ganado de noche y con todo de barro». Muela acudió al colegio para narrar a los niños su historia, la del lavadero y el origen del río La Lastra. «Queremos que esté con nosotros para que vea que un lugar que a él le traía emociones negativas y malos recuerdos lo hemos transformado en algo bonito». Y es que si algo quieren demostrar Mariasun y Esmeralda es que los niños están capacitados para enseñar y realizar cosas para los demás.

Ambas docentes trabajan a lo largo del curso por proyectos. Éste es el proyecto de arte en la naturaleza con el que «buscamos acercar el arte a los alumnos y que sea un vehículo de aprendizaje en las aulas» Abogan por una educación en la que los niños sean protagonistas activos de la sociedad y no se limite a libros y exámenes. De hecho, este año sus grupos de tercero de Primaria se llama 'Changemaker' porque «durante el curso estamos trabajando el hilo de las personas que cambian el mundo a mejor y ellos son parte».

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