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JESÚS LASTRA
Domingo, 30 de enero 2022, 07:42
La denominada 'silver economy' o economía de las canas, esto es, todo lo relacionado con la tercera edad, sus necesidades y servicios aparejados, se está revelando como uno de los motores de actividad a futuro. Un nicho en el que varios actores empresariales y expertos ... académicos han sugerido que Cantabria debe posicionarse -así se recoge de forma habitual en varios de los muchos planes estratégicos que florecen en torno al futuro de la Comunidad- y que en la práctica empieza a alumbrar diferentes iniciativas de inversión.
Una de las últimas es la que impulsan los promotores de una futura cooperativa, Senior Resort Qualita, que están trabajando para levantar en Ajo (Bareyo) uno de los mayores centros residenciales, si no el mayor, para la tercera edad. Una propuesta que en sus primeras estimaciones apunta a una inversión por encima de los 25 millones de euros y diferentes edificios sobre unos terrenos de 17.000 m2 para construir 175 viviendas.
Ricardo Ortiz es uno de los portavoces de la empresa Qualita Project, que es la que está llevando a cabo la gestión integral del proyecto. Como arranque, explica que se ha creado la Asociación Residencial Senior Qualita, «que se convertirá en cooperativa de iniciativa social, siendo esta la propietaria final tanto de los terrenos designados como del complejo residencial y de su gestión administrativa».
De entrada, la propuesta nada tiene que ver con los anuncios hechos en el pasado respecto a la instalación de una residencia de mayores junto al centro de salud de Ajo, aunque Ortiz sí que admite que el complejo de viviendas senior se encuentra próximo a este potencial equipamiento e incluso no se descarta algún tipo de colaboración.
¿Cómo surge la idea? De otra propuesta que todavía no ha fructificado y con la que se pretendía levantar otro grupo de viviendas para mayores en Meruelo, de nuevo bajo la fórmula de cooperativa. El quid de la cuestión radica en que ese plan a escasos kilómetros sustentaba la construcción en fincas que todavía deben ser recalificadas, por lo que esa concreción depende de múltiples factores. ¿El resultado? Desde 2013 no se ha conseguido que esa iniciativa cristalice, asegura el portavoz de Qualita Project.
«Hablamos de viviendas colaborativas, tipo 'cohousing'. Impulsamos una cooperativa de uso en la cual los futuros residentes comprarán una participación para el usufructo vitalicio de los alojamientos», explica Ortiz.
El precio de esa participación, que da derecho a recibir 'llave en mano' la vivienda terminada, tiene un precio medio de 147.000 euros.
El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Bareyo, donde los promotores ya tienen cerrados acuerdos para la compra de terrenos, permite un complejo de siete edificios, con una superficie construida de unos 9.000 m2. «El proyecto surge porque en su momento nos llamaron para asesorar en la cooperativa de Meruelo, que tenía el problema de la recalificación de terrenos, lo que añadía una demora», amplía.
Así las cosas, se planteó la búsqueda de otros suelos más apropiados. Ante el silencio de los anteriores interesados, Qualita Project optó por otro camino, al que se sumaron hace casi año y medio otros antiguos cooperativistas de Meruelo.
En la actualidad ya hay apuntados unos 10 futuros miembros. Con el centenar se arrancarán todos los trámites, cifra que se prevé alcanzar a final de verano. En plazos, para enero podrían comenzar los trabajos sobre el terreno si no hay percances. Dos años y medio después se entregarían las llaves. Los promotores ya han hablado de la propuesta incluso con el arquitecto municipal.
Ortiz agrega que, aparte de los edificios de viviendas, habrá otras dotaciones como «piscina, gimnasio, áreas comunes...». También personal sociosanitario, concreta. «Todas las viviendas están contempladas para que estén adaptadas». El empleo directo e indirecto estimado que se creará con la puesta en marcha ronda los 150 puestos, según los empresarios.
Qualita Project reconoce que todavía no tiene pagados los suelos en Bareyo, paso que se dará cuando los cooperativistas sean suficientes. ¿Qué pasa si se tuerce la transacción en el último momento? «Tenemos otras alternativas ya buscadas para activar en ese caso», responden.
Más aún. «Habrá áreas específicas de atención especializada. En el sur son muy habituales este tipo de proyectos. En Cantabria es el primero que se hace de una forma real y seria. Por dimensiones, no sólo sería el más grande de la Comunidad, sino uno de los de mayor envergadura del norte de España».
Otro detalle. La participación, en caso de fallecimiento del titular, retornará a la cooperativa y el dinero invertido pasará a los herederos del propietario, aunque se han estudiado todo tipo de escenarios. «No se permitirá la especulación con posibles reventas», concluyen.
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