La villa ha recuperado su libertad. Bueno, no toda. Digamos que se ha quedo a medio de camino. Los vecinos aún tendrán que esperar, como mínimo, otros 14 días para retornar al casillero de la llamada 'nueva normalidad'. La Consejería de Sanidad, en la resolución publicada en el BOC, justifica el desconfinamiento en los cambios «favorables» que ha experimentado estos últimos días la curva epidemiológica en Santoña. Los casos activos este martes se habían reducido a 50. Pero, a la vez, reconoce en el mismo escrito «dificultades de rastreo y el potencial diseminador de los diferentes ámbitos y actividades». Por ello, mantiene limitaciones - aunque a un nivel menor - en aforos y reuniones.
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Hostelería.
Pueden abrir con un aforo máximo del 50% en interiores y del 75% en terrazas. Separación de dos metros entre clientes. Las barras sin uso.
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Hoteles.
Vuelven a funcionar pero las zonas comunes continuarán con un aforo del 50%.
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Deporte colectivo.
Se permiten las actividades deportivas en grupo, aunque a la mitad del aforo y con una superficie de 4 metros cuadrados por participante del recinto, evitando el contacto físico.
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Ocio.
Ya es posible desarrollar actividades en centros y establecimientos deportivos, culturales, artísticos, recreativos, de espectáculos y de ocio con un aforo máximo del 50%,
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Reuniones.
Se pueden concentrar hasta 20 personas en bodas, bautizos, comuniones, funerales y entierros.
Así, el principal cambio es que la hostelería podrá volver a abrir sus puertas, aunque lo hará con un aforo máximo del 50% en interiores y del 75% en terrazas. Entre los clientes tendrá que haber una separación mínima de 2 metros. Y las barras de bares y cafeterías continuarán fuera de uso.
Las actividades deportivas colectivas estarán permitidas de nuevo, aunque a la mitad del aforo y con una superficie de 4 metros cuadrados por participante del recinto, evitando el contacto físico. Además, podrán celebrarse actividades en centros y establecimientos deportivos, culturales, artísticos, recreativos, de espectáculos y de ocio con una capacidad máxima del 50%, uso de mascarilla y distancia de 2 metros entre personas. Y se amplía de diez a veinte la concentración de personas en bodas, bautizos, comuniones, funerales y entierros.
A pie calle todas estas medidas se traducen en que los vecinos podrán volver desde hoy a tomarse una caña en los bares. Acudir de nuevo a los centros deportivos para ponerse en forma. O ver este fin de semana una película de estreno en el Teatro Liceo. Uno de los placeres que más ansían los santoñeses es disfrutar de su hostelería. El cierre del sector ha dejado «muerto y vacío» a un pueblo en el que 'ir de ronda' o 'alternar' es casi como una religión. Estos días lo único que se ha podido adquirir es café y comida para llevar. Aún así, algunos vecinos han seguido fieles a sus costumbres aunque cambiando, por obligación, de escenario.
Bancos en vez de terrazas
Rosa María Mantilla y Loli Gutiérrez esta martes desayunaron enfrente del bar Buciero. Pidieron como todos los días sus respectivos vasos de café y se sentaron en un banco a degustarlos y charlar. «Esto nos da vida». A pocas horas de poder regresar a las terrazas admiten que hay «muchas ganas». Volverán sí, aunque «con mucha más precaución». «Si veo que la espalda de alguien está pegada a la mía no me voy a sentar», apunta Loli. Ambas comparten la idea de que los santoñeses ya estaban concienciados con las normas sanitarias. «Lo que pasa es que ha venido mucha gente de fuera y nos hemos amontonado». Para este segundo desconfinamiento Rosa María pide más control policial en el municipio. «Sobre todo por las noches».
A escasos metros de distancia, en otros bancos de la plaza de San Antonio, se encontraban María José Alonso y Teresa Arisqueta. También con sus cafés calientes y «guardando las distancias, como Dios manda». Su deseo era que el último día de confinamiento pasara lo más rápido posible. «El pueblo está muy triste con todo cerrado». En la vuelta a la normalidad dicen que «harán lo mismo, pero con más cuidado. El control debe de estar en nosotros mismos». Y reconocen que tienen miedo a que esta situación se repita por tercera vez: «Santoña es fácil de cerrar y hemos pagado el pato. Se han cebado un poco con nosotros».
La festividad de La Bien Aparecida y el buen tiempo animó a los más madrugadores a dar un paseo por El Pasaje. Bernardo Casas y su mujer, Carmen, justo al terminar la caminata, agradecían que se levante el cordón porque «así para ir al médico fuera no tienes que estar todo el día con papeles». Por lo demás, «el país tiene que ir para arriba y la gente, trabajar. Los bares también. No los pueden cerrar porque la gente de la hostelería tiene familia, tiene que comer y pagar impuestos como el resto». Lo que hay que hacer, resume ella, es «cuidarnos todos».
Dura remontada
Para el gremio hostelero el anuncio de que pueden volver a trabajar no es suficiente para levantar una moral que está por «los suelos». El presidente de la Asociación de Hostelería de Santoña, Jorge González, lamenta haber perdido la mejor quincena del mes. «El 20 o 25% de los ingresos como muy poco. Es un varapalo importante».
Ahora, toca remontar. Con las restricciones impuestas que impiden el uso de la barra, «los bares sin terraza o que sea pequeña lo van a seguir pasando muy mal». Y también los locales de ocio nocturno que «estamos viendo con el Ayuntamiento la manera de que puedan abrir». González, de la mano con el alcalde, ha solicitado reuniones con los consejeros de Trabajo, Turismo e Industria. Tiene «pocas esperanzas», pero va a pedir ayudas directas por el lucro cesante que les ha ocasionado la clausura. «Necesitamos una inyección económica para mantener a flote los negocios y poder seguir trabajando», de lo contrario, augura, «muchos bajaremos la persiana. Pasa siempre». Y, eso, se traduce, «en mandar gente al paro, empobrecimiento de la población y ya se ha visto que si cierra la hostelería, el pueblo está muerto y para el comercio es también una ruina».
Otra de las demandas planteadas al Ejecutivo es lanzar una campaña para limpiar la imagen de Santoña. «Somos un destino seguro. Es fundamental que venga gente de fuera para levantar un poco las ventas». Desde el Ayuntamiento, el regidor, Sergio Abascal, agradece el «esfuerzo colectivo y la gran responsabilidad» demostrada por la población durante estos días. «Han cumplido a rajatabla las medidas y hemos conseguido invertir la tendencia hasta llegar ayer a los 50 casos». Abascal apela a seguir extremando las medidas de prevención para seguir en la línea descendente.
Este miércoles, también se vivirá en Santoña la verdadera 'vuelta al cole'. Las familias se han mantenido firmes en su postura de no llevar a los alumnos a los centros educativos hasta el final del confinamiento. El lunes sólo acudieron a las aulas 69 escolares (51 en Macías Picavea y 18 en Juan de la Cosa) de los 800 matriculados en colegios públicos. Este miércoles se espera que la asistencia sea completa.
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