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A Santiago Campos las urnas le alzaron en los pasados comicios de mayo como primer alcalde de Solórzano que gobierna bajo las siglas del PP. Un bastón de mando que se le ha resistido, porque lleva involucrado en política municipal desde 2007, en aquella ocasión ... siendo concejal del equipo de gobierno con el PRC. Luego, en 2011, se pasó a las filas del PP como cabeza de lista. Y ahí ha estado, encabezando la oposición, hasta que esta legislatura ha sido la suya, en parte gracias al apoyo de su hija pequeña, que ahora es concejala a su lado. Eso sí, que la Alcaldía se le haya resistido hasta la fecha no ha hecho que lo haya dejado todo por el cargo. De hecho, sigue con su puesto de trabajo en Viesgo y ha decidido que ni él ni ninguno de sus ediles cobre sueldo. Así que, compaginando su empleo con su función pública, asume retos como el de mejorar el abastecimiento de agua, promover un transporte público y recuperar la desaparecida atención bancaria en Solórzano.
-Lleva 16 años involucrado en la política municipal...
-Sí, el antiguo alcalde, Javier González (PRC), me llamó para estar en su lista en 2007 y entré de concejal. Pero hubo unas pequeñas desavenencias en esa legislatura y después me pasé al PP. Y ya en 2011 me presenté como cabeza de lista del Partido Popular y saqué tres ediles. En 2015 empatamos con cuatro concejales con el PRC y uno el PSOE. En la legislatura del 2019 González lo tuvo que dejar por problemas de salud y lo asumió Gema Perojo, que sacó mayoría. Y ahora he sacado mayoría yo.
-¿En todo ese recorrido se veía llegando a ser alcalde?
-No era fácil, porque había un alcalde que tenía mayoría y siendo un Ayuntamiento pequeño siempre tiene más posibilidades de reeditar su cargo. Es más, a mí si tres meses antes de las elecciones me dicen que voy a ser alcalde, me voy para casa porque la pasada fue una legislatura tensa, sobre todo por el tema de los molinos. Además, se fue gente de las listas por distintos motivos y había que meter gente y no era nada fácil en un Ayuntamiento pequeño.
-¿Pero usted se veía con ganas?
-Yo sí, pero me sentía un poco impotente de ver que era complicado formar un equipo, pero me fue ayudando gente joven. Y la verdad, gracias a eso me he hecho con tres chavales, una de ellas es mi hija pequeña, que están haciendo una buena labor.
-¿Cómo se tomó su hija ir en unas listas que usted encabezaba?
-Ella fue la que en un primer momento me ofreció su ayuda y gracias a ella contactamos con el resto, que eran personas con ganas y buen talante. Reconozco que a la hora de organizar la legislatura fui un poco reticente a meter como concejala a una hija, pero estoy contento porque está haciendo buena labor y es una chavala que llega muy bien a la gente; sobre todo con redes sociales se comunicó muy bien durante la campaña y creo que los vecinos percibieron que podía haber un cambio.
-También les pudo beneficiar que el PP a nivel autonómico estaba en auge.
-Desde luego, pero nunca se sabe, porque en los comicios de 2019 era al contrario porque el partido estaba en un declive tal que para mí sacar cuatro concejales como saqué fue un triunfo.
-Es la primera vez que hay un alcalde del PP en Solórzano.
-Sí, es la primera vez. Porque aquí estuvo Luis unos cuarenta años, primero con el gobierno de Hormaechea y después, con Revilla. A Luis le sustituyeron Javier González y Gema Perojo después, ambos del PRC. Así que aquí, el primer gobierno del PP es este.
-¿Con qué proyectos lo afronta?
-Aquí tenemos varios problemas. Uno es el agua: desde la oposición llevamos años criticando que sale con mucha turbidez. Y ahora no me vale criticar, tengo que actuar. Hemos encargado a una empresa que nos haga una auditoría de la potabilizadora para ver cómo están esas instalaciones y poder actuar. También hay fugas y faltan contadores, así que tenemos idea de ir digitalizando el sistema de la zona urbana. Otro tema muy candente son los montes de utilidad pública, porque en los últimos siete años no hemos podido cortar un monte por diferentes vicisitudes y ahora, cuando he entrado como alcalde, he hablado con el consejero de Ganadería, le expliqué el problema y ya nos están concediendo los primeros consorcios. Otro de los frentes que tenemos abierto es que hasta hace un par de años teníamos dos entidades bancarias y ahora nos hemos quedado sin ninguna, ha habido una agente financiero pero por motivos de salud lo tuvo que dejar. Ahora nos queda sólo un cajero. La gente tiene que ir a Gama o a Meruelo y se trata de población muy envejecida que necesita trato humano. Además, no tiene medios de transporte. Estamos trabajando en ello para buscar soluciones al tiempo que estamos mirando, con apoyo de algún ayuntamiento limítrofe, poner un transporte público, que ahora es inexistente.
-En concreto con el Ayuntamiento de Hazas de Cesto siempre han ido muy de la mano. ¿Va a seguir siendo así aunque ahora los respectivos equipos de gobierno sean de siglas diferentes?
-Sí, de hecho nuestro colegio público está en Hazas de Cesto y es compartido, y la piscina del albergue juvenil que está en Solórzano también la tenemos en común. Que el alcalde de Hazas sea del PSOE no implica que la relación vaya a ser distinta. Yo tengo mis siglas pero aquí, a la hora de actuar, hay que olvidarse de eso. Y con la gente que viene a mí a pedirme cosas no puedo mirar si es del PSOE o del PRC, aquí nos tenemos que ayudar y trabajar para todo el mundo. Mi lema es ese y con los consistorios limítrofes lo mismo. Yo creo que ese fue un fallo que tuvo el anterior gobierno regional del PRC, porque nosotros en la oposición lo sufrimos. Creo que fueron un poco, por no decir bastante, sectarios. Teníamos (el PP) en Riaño la junta vecinal y tuvimos que esperar tres años para que nos dieran una reunión. No me gustaría que el partido que yo represento hiciera ahora lo mismo.
-Usted era empleado de Viesgo.
-Llevo 35 años y ahí sigo. De momento lo compagino, no me he planteado cogerme una excedencia porque quiero ver cómo lo puedo compaginar y, con el apoyo del personal municipal y los concejales, que son gente joven y con ganas, estoy lográndolo. Ningún miembro del equipo de gobierno tenemos ningún tipo de dedicación, con lo que el Ayuntamiento se está ahorrando una importante cantidad en sueldos que antes iban a la alcaldesa y al teniente de alcalde. Ahora sólo cobramos las dietas. Yo por dinero me habría quedado en casa porque yo de mi trabajo vivo bien, he querido ser alcalde porque llevo años aquí y creo que se le puede dar un impulso a Solórzano.
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