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Este curso escolar se presentó con un problema inesperado para una madre de Ribamontán al Monte. Ella, que ha preferido mantenerse su nombre en el anonimato, el pasado mes de septiembre tenía planeado matricular en el CEIP Trasmiera a su hijo, que padece una enfermedad ... congénita conocida como acidemia metilmalónica. El niño ya estuvo escolarizado el pasado curso en el aula de dos años del colegio del municipio. Sin embargo, ante la negativa de la Consejería de Educación de dotar al centro de un técnico sociosanitario para él, la madre ha debido optar por trasladar al menor al colegio público del municipio colindante, Ribamontán al Mar.
La madre cuenta que el de su hijo es «uno de los primeros casos documentados en Cantabria de acidemia metilmalónica», una enfermedad que le detectaron cuando era recién nacido. «Los médicos me dijeron que era muy probable que quedara vegetal», recuerda. Sin embargo salió adelante. «Es complicado, pero entre otros problemas como diabetes y epilepsia, tiene retraso psicomotor y una alimentación muy limitada», explica la mujer.
Lara Badiola | Directora CEIP Trasmiera
El pasado año llegó el momento de escolarizar al niño. Se matriculó en el CEIP (Colegio de Educación Infantil y Primaria) Trasmiera, de Ribamontán al Monte, donde reside la familia. Aunque en ese momento tenía tres años, se decidió que acudiera al aula de dos años. «En esa clase había un tutor y un técnico educativo para atender al pequeño y a sus once compañeros», explica Lara Badiola, directora del centro.
Tras finalizar el curso pasado, el niño fue sometido a una valoración por el equipo de orientación, que determinó que lo mejor para él sería un sistema combinado, por el cual pasaría unos días a la semana en un colegio específico y dos jornadas en un colegio normal. «Yo me hice a la idea de que mi hijo tendría que ir unos días al cole de Ribamontán al Monte y el resto al específico que hay en Parayas», relata la madre.
Desde el CEIP Trasmiera comenzaron en junio los trámites para solicitar un técnico sociosanitario que estuviera al cargo del niño los dos días que le correspondía asistir al centro. «En ningún momento se aseguró a la madre que iba a salir adelante la petición», afirma Lara Badiola. Sin embargo, la directora del colegio matiza que «ellos contaban con que sí que se concedería y a principio de curso teníamos todo preparado para que el niño siguiera viniendo aquí».
Joaquín ArcoAlc | alde de Ribamontán al Monte
El problema llegó cuando, a mediados de septiembre, la Consejería no concedió al CEIP un técnico sociosanitario para el pequeño. El motivo, tal y como trasladan desde el colegio, es que sólo era necesario para dos días a la semana, y «el convenio no permite ni contratar a jornada partida a los técnicos, ni tampoco de manera itinerante entre distintos centros».
La madre entiende los motivos del Gobierno regional, pero no los plazos, «más aún cuando mi hijo ya estuvo escolarizado en ese centro el año pasado y sabían que iba a pasar de curso». Sobre todo, critica que la Consejería no comunicara su decisión hasta mediados de septiembre, cuando la petición se empezó a tramitar antes del verano. «Si por convenio no era posible, me lo deberían haber hecho saber antes», zanja la madre.
Ante la imposibilidad de matricular al menor en el CEIP Trasmiera, la alternativa que ofrecieron a la familia fue la de trasladar al niño a al colegio público del municipio colindante, el CEIP Nuestra Señora de Latas de Ribamontán al Mar, donde sí disponían de personal para atender sus necesidades.
«Con los problemas que tiene mi hijo, yo prefería que fuera al cole que está al lado de mi casa, porque si pasa cualquier cosa y me necesitan estoy cerca», explica la madre, que además hace hincapié en que «ahí los compañeros ya habían estado un curso con él, le querían y le trataban con cuidado, porque los niños no son tontos y veían que mi hijo tenía dificultades».
Aunque el Ayuntamiento no tiene potestad en este asunto, la madre trasladó su situación al alcalde, Joaquín Arco. «Hemos intentado interferir para hacer algo de presión al Gobierno regional», explica el regidor. Sin embargo, y tras una reunión entre una inspectora de la Consejería con la dirección del centro, la familia y la Alcaldía, no han conseguido que el niño vuelva al CEIP Trasmiera.
Arco, por su parte, recalca la «poca voluntad» que ha percibido por parte de la Consejería en este asunto. «Me alegro de que Ribamontán al Mar tenga el problema solucionado, pero mi municipio no, y pueden surgir más niños con estas necesidades», explica. Sobre todo «si consideramos que hay más centros con esta misma situación», por lo que reclama que se estudie alguna vía para poner remedios a casos como el que acaba de afectar a esta familia de Ribamontán al Monte.
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