El mejor nido en Cantabria para las águilas pescadoras

Txurico y Landa son los nombres de los componentes de la pareja reproductora, que se volvió a reunir a comienzos de este marzo en su nidito de amor de las Marisma del Conde, en la desembocadura del Miera, como ya hicieran el pasado año por primera vez −el macho cortejó a otras hembras en temporadas anteriores de manera estéril−. Y esta vez, las dos aves han vuelto a cumplir con las expectativas que había puestas en ellas, dando tres nuevos hermanos a sus primogénitos, Miera y Mouro.

La puesta de huevos de este año tuvo lugar poco después del reencuentro de Txurico y Landa, y cuarenta días después eclosionaron dando lugar a una nueva tanda de tres polluelos. Ahora los padres están volcados en la crianza, cebando y dando calor a sus aguiluchos, que todavía no han sido bautizados de manera oficial, como sí se hizo con sus hermanos mayores, que alzaron el vuelo el pasado año y que los expertos calculan que vuelvan por aquí de visita en 2024.

El águila pescadora (Pandion haliaetus) se extinguió como reproductor en la península ibérica a principios de los ochenta del siglo XX, aunque en los últimos años, gracias a programas de reintroducción, 17 parejas se reproducen con éxito en Cádiz y Huelva. En el caso de Cantabria, la empresa Bahía de Santander Ecoturismo, a través del colectivo Osprey Centre, es la encargada de realizar el seguimiento de los diferentes ejemplares que recalan en sus viajes migratorios. También han implementado el Proyecto de Recuperación del águila pescadora en la ZEC Estuario del Miera y Dunas del Puntal de la RN2000, de la Bahía de Santander, a través del cual y gracias a la colocación de posaderos y plataformas nido consiguieron en 2017 establecer la primera pareja del norte de España en muchos años.

Los dos primeros pollos nacidos en 2022 anunciaron el inicio de la recolonización de la especie en la cornisa cantábrica, una población que servirá de puente entre las colonias reproductoras más próximas en Francia y Andalucía. Con este éxito se da por constatado que la bahía de Santander tiene las condiciones idóneas para la reproducción del águila pescadora, aunque los encargados del proyecto, con el naturalista Carlos Sainz a la cabeza, inciden en la necesidad de que se garantice la tranquilidad en el territorio y se apliquen las medidas necesarias para la protección frente a molestias humanas, electrocuciones y colisiones en tendidos eléctricos para que estos nacimientos no se queden en una anécdota y su reintroducción vuele siempre con el viento a favor.