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Primero se intentó ahuyentar a la población de jabalíes con perros de caza -práctica denominada perreo-, pero no dio resultado, así que la Consejería de Desarrollo Rural ha decidido efectuar «al menos una batida» en el municipio de Entrambasaguas. Solamente en Entrambasaguas. Y es que ... es en este término municipal donde los cerdos salvajes destrozan los campos de los agricultores; donde no hay perreo que valga. De las batidas se encargarán entre los agentes del Medio Natural y los cazadores del coto de la zona, según explican desde la Consejería. No se sabe cuándo, pero sí cómo y sobre todo, por qué. «Porque no han dado resultado los intentos de dispersar a los jabalíes con el perreo». Al menos de momento. Un caso, el de Entrambasaguas, diferente al de Ribamontán al Mar, donde todo indica que los suidos se están desplazando de los núcleos poblacionales a zonas montañosas huyendo de los canes.
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Los agentes del Medio Natural optaron en mayo por emplear esta técnica disuasoria para espantar a los jabalíes de las zonas residenciales de Ribamontán. Los vecinos de Loredo llevan meses quejándose de los daños ocasionados por los suidos, que destrozan jardines, árboles o setos y que cruzan la carretera. Y -allí sí- parece que los perros ahuyentan a los cerdos. Que por cierto, «al parecer, en Loredo, no había tantas piaras como se pensaba en un principio». Al menos esa es la percepción de los guardas encargados de perfilar la zona. Los mismos que efectuarán esta primera extracción en Entrambasaguas, en colaboración con los cazadores. Es el acuerdo al que se llegó en el encuentro mantenido hace unos meses entre la Consejería y la Federación de Caza ante los problemas generados por la superpoblación de jabalíes y su acercamiento a los núcleos urbanos y carreteras.
Una coyuntura ante la que el Gobierno de Cantabria se ha visto obligado a reaccionar. Sin embargo, los controles poblacionales que se efectúen fuera de las conocidas como zonas de seguridad (los aledaños de las autovías donde la presencia de cerdos salvajes puede ocasionar accidentes) conllevan ciertos riesgos, ya que en las áreas habitadas «no se puede disparar tan a la ligera», opinan los entendidos. Por eso mismo, es tan importante cumplir el protocolo. «Los guardas estudian la situación y si se dan las condiciones, actúan». Y disparan.
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