Roban la cruz de los caídos de Liérganes antes de que el Ayuntamiento la retirase

Los puestos del mercado semanal de Liérganes se colocaron este domingo como cualquier otro. Pero algo había cambiado en la estampa habitual. La cruz a los caídos del barrio yacía a los pies de su soporte. «No se comentaba nada por el mercado, supongo que nadie había reparado en ello», explica Francisco Oti, uno de los vecinos que primero se percataron de la caída de la cruz, la cual permaneció en el suelo todo el día.

La historia no termina ahí. Cuando parecía que se trataba de un destrozo, y el Ayuntamiento así lo denunció a la Guardia Civil, descubren que no sólo ha sido tumbada, la cruz también había sido robada. Ese segundo hallazgo fue ayer, con lo que el alcalde, Santiago Rego (ULP), deduce que, «lo más probable» es que la sustracción tuviera lugar en la noche del domingo al lunes, al día siguiente de haber sido lanzada al suelo.

Lo único claro es que la cruz ha desaparecido, dejando únicamente incógnitas tras ella. Se desconoce si el autor es uno o varios, aunque por el peso de la escultura parece poco probable que se tratara de un único individuo. Tampoco se sabe si los vándalos de la primera y la segunda noche son los mismos, ni cuáles son sus intenciones; si no estaban dispuestos a ver cómo el Ayuntamiento la iba a retirar y por eso quisieron conservarla para ellos, o más bien todo lo contrario, y tras la polémica que ha levantado en el pueblo su retirada no han querido esperar a que se hiciera efectiva, adelantándose al desenlace.

Sea como sea, desde el equipo de gobierno censuran lo ocurrido, que consideran «un atentado contra la convivencia democrática del pueblo». Rego confía en que las investigaciones de la Guardia Civil aclaren este suceso, «y pongan al autor o autores ante los tribunales de justicia», puesto que, «la cruz, con independencia del mensaje partidista que tiene labrado, es un símbolo de la tradición judeocristiana que merece el máximo respeto».

De hecho el soporte de la cruz, y la dedicatoria en alusión a uno de los bandos, ha sido foco de discusión anteriormente. Desde hace años, fruto del vandalismo, la inscripción de 'Caídos por Dios y por España' está tachada con el símbolo comunista de la hoz y el martillo, y en uno de los laterales aparece el símbolo de la anarquía. Todavía el equipo de gobierno no había solicitado ni tan siquiera un presupuesto para la retirada del monolito, para posteriormente ejecutar una reforma en la plaza.

En principio la escultura se iba a trasladar a un almacén municipal, pero ayer por la mañana el párroco del pueblo, Hilario Obregón, antes de que se conociera la desaparición, propuso al regidor que sólo la cruz −sin ningún tipo de inscripción− pasase a manos de la Iglesia para ser reubicada en un «lugar destacado de alguno de los templos del pueblo», explica el cura, que lamenta lo ocurrido. El Ayuntamiento, que es quien decide al tratarse de un bien municipal, estaba conforme con la petición trasladada por Obregón.