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Rosa María Anuarbe, hasta ahora edil del PP en Castañeda, ha presentado su renuncia a la Concejalía de Asuntos Generales y al salario de 950 euros brutos que percibía por la dedicación parcial al cargo de veinte horas. Lo ha hecho con un escrito fechado ... el martes en el que argumenta que se va por «principios» y por razones «éticas y de dignidad». Anuarbe, que ayer se remitió al escrito de renuncia y no quiso hacer más valoraciones, pasa así a la oposición, lo que deja en minoría al equipo de gobierno que preside Santiago Mantecón, que la acusa de fraguar un pacto con PSOE y PRC para «desprestigiar y hacerle daño» en las elecciones.
La renuncia de Anuarbe es el desenlace de una relación que ya en 2020 hacía aguas, tras romper la disciplina de voto marcada por el PP y favorecer que se aprobase la iniciativa de regionalistas y socialistas para que se grabasen los plenos y se subiesen a las redes sociales municipales. Algo que hoy en día es posible gracias a esa decisión, ya que el PP votó en contra.
Aquella decisión provocó una convulsión en el PP local que se saldó con un salario y una dedicación parcial para la edil. Una medida que, en su día, fue censurada por los concejales de PSOE y PRC que afearon en varios plenos a Mantecón que la hubiera liberado para calmar la situación.
Aunque en ese momento lo negó, Mantecón sí reconoce ahora que los intereses de Anuarbe eran, a su juicio, económicos y que cedió para tener la fiesta en paz. «Su obsesión era tener un sueldo y quería cobrar igual que sus compañeros. Se lo puse y se apaciguó el tema, pero no la hincó», respondía ayer a preguntas de El Diario Montañés. Asimismo, el regidor ve también en la dimisión de su ya exconcejal motivos políticos que obedecen a «una artimaña», es decir, a una estrategia conjunta «pactada» con PSOE y el PRC para «desprestigiar, hacerme daño y ganar con la polémica lo que no han podido ganar en las urnas».
Sobre el papel, en la resolución que el alcalde publica en el BOC en 2020 para poner sueldo a su edil díscola -tras la decisión de cambiar su voto- justifica que lo hace ante «la complejidad creciente de este Ayuntamiento, a la vista de las múltiples actuaciones, numerosos servicios existentes, y al amplio abanico de proyectos que esta Corporación tiene previsto desarrollar». Es decir, que hacía falta liberar otro edil para que se ocupase del trabajo extra, aunque en la citada orden deja también entrever su falta de confianza en ella, ya que la limita mucho su margen de maniobra, instando a que todo tuviera que pasar por el visto bueno de la Alcaldía.
En el escrito de renuncia del pasado 28 de septiembre, Anuarbe justifica su pase a concejal no adscrita conservando su acta porque entiende que esa es la mejor forma de seguir sirviendo a la comunidad. «Continuaré con mi acta de concejal como no adscrito, para seguir defendiendo los derechos e intereses de los vecinos del municipio de Castañeda», explica. Sin embargo, para Mantecón, el argumento no tiene sentido dados los antecedentes de la edil y lo sitúa en el mencionado «pacto» con PSOE y PRC, ya que, a su juicio, la edil podría ir en las próximas listas electorales de una de estas dos formaciones.
Al mismo tiempo, el alcalde restaba también ayer importancia al hecho de que ahora tendrá que gobernar en minoría hasta final de legislatura. «Ya hemos sacado varios proyectos adelante y faltan diez meses para las elecciones, solo nos queda el Presupuesto», afirmó en tono despreocupado. También dijo que tras presentar el escrito, desde el Ayuntamiento se había requerido a Anuarbe para «devolver un ordenador portátil que no es de ella, y parece que se ha negado», afirmó. «Si no lo devuelve -advirtió- iremos al juzgado».
El otro capítulo del desencuentro entre el alcalde y su exconcejal es el que tuvo lugar hace unos meses, cuando Rosa María Anuarbe publicó en sus redes sociales que la ropa que la gente había donado para Ucrania se había «desviado» a otras organizaciones, cosa que el regidor desmintió. Poco después, la edil presentó un escrito denunciando que tanto Mantecón como dos de los ediles (Marcos García y Carmen Fernández), le hacían «bullyng» lo que la llevó a un estado de «ansiedad y depresión».
Antes, Anuarbe había acudido a la dirección del partido en Santander para poner sobre la mesa esta situación y otros problemas. Tras publicarse sus denuncias, el alcalde interpuso una querella por «injurias y calumnias» en la que le reclama 7.000 euros de indemnización. Durante este tiempo, la edil ha estado varios meses de baja médica hasta la renuncia.
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