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josé javier gómez arroyo
Vega de Pas
Domingo, 19 de mayo 2019, 08:30
El 20 de agosto de 1932 el pueblo de Vega de Pas acogía la visita del más alto mandatario del país, el Presidente de la República Española don Niceto Alcalá-Zamora. El motivo oficial era cumplimentar al insigne cirujano pasiego don Enrique Diego-Madrazo ... y Azcona, orgullo de la medicina española, quien justo en ese día celebraba los treinta y ocho años de la creación de su Sanatorio Quirúrgico en Vega de Pas. El acontecimiento fue portada de la revista ilustrada española Mundo Gráfico, en su edición de 24 de agosto de ese mismo año de 1932, una de las revistas con mayor circulación en España.
Niceto Alcalá-Zamora y Torres (1877-1949) fue un jurista, político y primer Presidente de la II República Española. Tras ejercer los cargos de ministro de Fomento y de la Guerra en 1917, Alcalá-Zamora accede a la presidencia de la II República Española en 1931, año en que inicia una serie de visitas por las diferentes regiones de la nación con el objetivo de establecer las premisas esenciales del nuevo orden de gobierno. En agosto de 1932 le tocó el turno a la provincia de Santander, donde fue recibido por el alcalde de la ciudad don Elofredo García, iniciando una serie de visitas oficiales como la celebrada en el Palacio Municipal con las autoridades locales y comisiones que asistieron a la recepción.
El sábado 20 de agosto Alcalá-Zamora se trasladó a la fábrica de la Nestlé en La Penilla y, por expreso deseo y voluntad, desde allí fue conducido a la villa pasiega de Vega de Pas para entrevistarse con el doctor Enrique Diego-Madrazo, en aquellos años una de las más grandes figuras de la medicina y ciencia españolas y amigo personal del propio mandatario. Fue recibido en la plaza del pueblo por el entonces alcalde Luis Pelayo Calleja y un crecido número de vecinos que habían confeccionado unos arcos con telas y flores para tan significativo evento. A continuación Alcalá-Zamora fue conducido a la casa que el doctor Madrazo poseía en la plaza de Vega de Pas, a cuyas puertas ambos fueron fotografiados en compañía del general Queipo de Llano, Jefe del Cuarto Militar del presidente de la República, que curiosamente y con el transcurrir de los años acabaría siendo consuegro del propio Jefe de Estado. El encuentro se prolongó por espacio de dos horas y sobre la conversación que ambos mantuvieron nunca nada se supo, aunque conociendo los deseos de Alcalá-Zamora por equilibrar la República podemos deducir que buscaría el apoyo de un intelectual y político activo como Madrazo, que además poseía un talante conciliador y una reputada personalidad no sólo en el ámbito de la política sino también en el de la ciencia y la cultura, tres ejes fundamentales que el presidente debía cuidar para evitar desencuentros como el que arrastraba con el veterano político y fundador del Partido Republicano Radical Alejandro Lerroux.
Es de suponer que tanto el presidente de la República como el doctor Madrazo temieran una represión de la izquierda socialista y de la clase obrera, como efectivamente ocurriría al año siguiente, en 1933, cuando el Partido Republicano Radical de Lerroux en coalición con la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) del derechista Gil Robles ganó las elecciones, lo que dio lugar a esa temida coacción que fue conocida como el Bienio Negro (1933-1935).
Madrazo, testigo del devenir de España durante casi un siglo, contaba por aquel entonces con 82 experimentados años en los que había mantenido una estrecha amistad y correspondencia con ilustradas personalidades como Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Emilia Pardo Bazán o José María de Pereda, lo que le convertía en asesor cultural oficioso del Estado por su apego y lealtad con el presidente de la República. Igual amistad y carteo tuvo con políticos y eruditos como Nicolás Salmerón, y seguía aún manteniendo con Santiago Ramón y Cajal, José María de Cossío, Indalecio Prieto o la escritora y dirigente socialista Matilde de la Torre, quien también acudiría a pedir consejo al ilustre cirujano pasiego tan sólo unos días más tarde, concretamente el 11 de septiembre de ese mismo año de 1932 con motivo de la inauguración del monumento y busto que a Madrazo se le rendiría por parte del Ateneo Popular de Santander en su propio pueblo de Vega de Pas.
Pero volviendo a la visita de Alcalá Zamora, por más conjeturas que podamos hacer sobre lo que se trató en aquel señalado encuentro en su casa de Vega de Pas con el presidente de la República, la discreción del doctor Diego-Madrazo fue absoluta y el secreto de su charla marchó con ambos a sus respectivas tumbas. Para el recuerdo nos queda la foto de la portada de la revista Mundo Gráfico, tomada por el enviado especial Sr. Campúa, con Alcalá-Zamora en Vega de Pas junto a un nutrido número de vecinos que entraron en el objetivo de la cámara haciendo piña con tan ilustre visitante, entre ellos dos lozanas pasiegas flanqueando al presidente y dos atlantes pasiegos de nombre Manuel Mazón y Santiago Carral Gómez vestidos con sus típicos trajes para la ocasión y armados con sus palancos para rendir honores al Jefe del Estado. Y entre los viejos papeles de las actas de sesiones del Ayuntamiento de la villa pasiega, los pagos derivados por el recibimiento: «...noventa y seis pesetas, quince céntimos por cohetes y bombas para el recibimiento del Sr. Presidente de la República...» «...veintiuna pesetas treinta céntimos por cuerda, puntas, etc para la construcción de los arcos, cuando la venida del presidente de la República» «...trece pesetas treinta céntimos por tela y por trabajo en la confección de banderas para el recibimiento al presidente de la República» «...veinticinco pesetas y cinco céntimos, por tela proporcionada para las banderas y rótulos al recibimiento de Alcalá-Zamora...» (Archivo Histórico de Vega de Pas, actas de sesión de septiembre, octubre y noviembre de 1932.)
Por menos de un euro los pasiegos se consagraron como buenos anfitriones ante el presidente de la República Española Alcalá-Zamora, sirvieron de fragua política en una trémula España y fueron con orgullo portada de una de las revistas con mayor difusión nacional, todo eso en una república y siendo las pasiegas, regias nodrizas, el sostén lechero de la monarquía española.
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