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Sábado, 7 de mayo 2016, 18:49
El bombero madrileño Julián Sánchez, la única víctima mortal del incendio de Santander de 1941, ha sido este sábado el símbolo en el que se ha encarnado el recuerdo y el homenaje a todos aquellos miembros de los cuerpos de extinción de incendios, policías, Ejército, Cruz Roja, instituciones y ciudadanos que acudieron en auxilio de la ciudad.
El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, ha presidido esta tarde el acto, que ha tenido lugar en la plaza de Alfonso XIII, junto al monumento del incendio, de reconocimiento a quienes "auxiliaron, atendieron y pusieron en pie de nuevo" a la ciudad, y en especial, "a ese héroe anónimo que dio su vida por ella: Julián Sánchez".
"Vino a socorrernos y no pudo regresar: un muro de Atarazanas se desplomó sobre él, le dejó malherido y le llevó a morir en Valdecilla el 28 de febrero de 1941. Julián Sánchez pagó con su vida, dejó viuda: Gregoria Escribano y dos hijos: Julián y Gregoria. Santander contrajo con él una deuda impagable de gratitud y admiración", ha recordado el regidor.
De la Serna ha apuntado que Julián Sánchez es el único héroe, de los centenares que mostraron su espíritu de sacrificio con su ayuda a Santander, que no alcanzó a ver el lento y costoso renacer de una ciudad calcinada en dos días (15 y 16 de febrero de 1941) y reconstruida durante muchos lustros.
"Toda gratitud es poca y todo homenaje insuficiente, pero ambos son sinceros y resultan imprescindibles", ha subrayado De la Serna, quien ha reiterado su agradecimiento a las decenas de testigos que, a través del taller de la memoria organizado por el Ayuntamiento, han ayudado a reconstruir lo que vivió la ciudad en aquellos días.
Emotivas palabras de la hija y la nieta
En el acto han participado la hija, Gregoria Sánchez, y la nieta, Olga Gámez, del bombero fallecido, a quienes el alcalde ha entregado un recuerdo en señal de agradecimiento y reconocimiento de toda la ciudad a su figura.
Su nieta ha destacado que su abuelo, al que no llegó a conocer, pero de quien le han hablado tanto su madre como su abuela, fue un hombre ejemplar y de él y de sus compañeros de profesión, del pasado y del presente, ha aprendido que "lo que hace grande a un hombre es darse altruistamente a otros sin esperar nada a cambio".
"Nunca olvidamos el legado que él nos dejó: nos esforzamos como familia por seguir su ejemplo, intentando desarrollar cualidades que, en este mundo, desgraciadamente tienden a desaparecer, como la empatía, el amor desinteresado y la generosidad a favor de otros. Estoy segura de que mi abuelo, como bombero, y muchos de sus compañeros, se identificarán con la siguiente reflexión: ayudar a dar a los que necesitan de ti no solo es parte del deber sino de la felicidad. Y yo sé que mi abuelo fue muy feliz", ha declarado.
Junto al Monumento al Incendio de José Cobo Calderón, se ha descubierto una placa que recordará este homenaje y la celebración del 75 Aniversario del Incendio, que incluye el poema 'Elegía de Atarazanas' que Gerardo Diego dedicó a la desaparición de su casa natal tras el incendio.
También han asistido al acto de esta tarde los Bomberos Municipales, Bomberos Voluntarios, Policía Local y Protección Civil de Santander, así como autoridades y representantes de los cuerpos de emergencias de Avilés, Bilbao, Burgos, Gijón, Madrid, Palencia, San Sebastián, Valladolid y Vitoria.
En representación de las ciudades presentes, el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha trasladado "el cariño y el abrazo" hacia Santander, con la que les unen "lazos de unión y confraternización" y a la que ha agradecido la invitación para recordar y reconocer a aquellos que se volcaron en ayudar a la capital cántabra.
'Las huellas del fuego'
Los actos comenzaron por la mañana, con presencia a todos los alcaldes, concejales, jefes de los servicios de emergencias, y bomberos llegados desde Avilés, Bilbao, Burgos, Gijón, Madrid, Palencia, Torrelavega, San Sebastián, Valladolid y Vitoria; y se ha referido, además, a ciudades como Oviedo o Reinosa, cuyos cuerpos de emergencias también jugaron un papel clave en este incendio de 1941.
La hija de Julián Sánchez y su nieta asistieron a este acto, y han hecho entrega de un casco y una chaqueta que pertenecieron a su padre para que se incorporen a la exposición temporal del incendio.
Por su parte, De la Serna ha hecho entrega a los representantes de las ciudades de una escultura en cerámica, obra de Amparo Godoy, en recuerdo de este homenaje.
En este mismo acto, se ha inaugurado la exposición 'Las huellas del fuego', que podrá visitarse en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Santander hasta final de año.
El alcalde ha trasladado un reconocimiento especial a quienes han hecho posible seguir sumando nuevos recursos culturales para poner en valor el incendio, cediendo sus documentos, fotografías, cartas, a esta exposición.
Entre otros documentos, 'Las huellas del fuego' incluye el Libro de Actas del Pleno con la sesión extraordinaria celebrada el 17 de febrero de 1941, el plano de alzado del edificio de viviendas de la calle Lealtad 10 que no se quemó, cartas en las que los vecinos narran a familiares sus impresiones sobre el suceso, inventarios y valoraciones de los daños causados en comercios y otros establecimientos, o partes de intervención de los distintos cuerpos de emergencias.
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