![La alternativa al Proyecto Pereda asegura «mejorar la conexión» del edificio](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202005/30/media/cortadas/55712630-kie--1248x2218@Diario%20Montanes.jpg)
![La alternativa al Proyecto Pereda asegura «mejorar la conexión» del edificio](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202005/30/media/cortadas/55712630-kie--1248x2218@Diario%20Montanes.jpg)
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Una de las señales de que el pulso de las ciudades empieza a recobrarse radica en la vuelta de los proyectos urbanísticos y, por ende, de los debates de la ciudad presente y futura. Desde que fuera presentado el Proyecto Pereda hace poco más de un año, esa conversión del histórico inmueble del Paseo Pereda, sede del Banco Santander, en espacio museístico, el mantra de la controversia se ha situado en el cierre acristalado del arco que sirve de enlace de las dos partes del edificio. El último paso en esta polémica se ha conocido durante la 'desescalada': la elaboración de un estudio alternativo que plantea la adecuación de la sede principal del Santander «sin ocupar el espacio interior del arco de la calle Marcelino Sanz de Sautuola».
La propuesta tiene sus fundamentos más llamativos en que, según la memoria del estudio alternativo a la que ha accedido este periódico, se logra «ampliar la superficie de exposición y de relación social entre ambos sótanos». También «aumentan los espacios complementarios vinculados al Salón de Actos» y, sobre todo, se «mejora la conexión espacial entre las dos partes del edificio, por debajo de la calle central».
Cuatro colectivos vecinales -Federación Ciudad de Santander y Cantabria, Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos, Fecav, y las asociaciones Pombo-Cañadío y Vecinos Río de la Pila- encomendaron este estudio que «pretende demostrar» que la rehabilitación del edificio destinado a alojar la colección de arte propiedad del Santander, «es perfectamente posible sin tener que ocupar el espacio de la calle Sanz de Sautuola, y sin merma de su capacidad expositiva, con circulaciones razonables y adecuadas a su función, y con una alta calidad espacial y arquitectónica», según refiere el estudio.
La alternativa, además, resuelve de manera eficaz y atractiva sus comunicaciones dentro del volumen del edificio. Todas las asociaciones, representadas por Jesús Garay San Miguel, solicitan que se estudien alternativas que permitan la reconversión del edificio como museo, pero sin apropiarse del espacio de la calle. El autor del estudio es Domingo de la Lastra.
El proyecto inicial tiene como punto de partida lo diseñado por el estudio de arquitectos David Chipperfield, y aporta «modificaciones y sugerencias que pretenden ser compatibles» con él. El planteamiento que abordó Chipperfield dedica el centro del arco, según subraya ahora el estudio alternativo, «exclusivamente a colocar las escaleras, y no para superficie expositiva, lo cual supone una ocupación excesiva y, sobre todo, fuera de lugar, debido al perjuicio que causa a la calle, y las consecuencias urbanas que provocaría». Sin embargo, todo ello «parece obviarse a expensas de que la voluntad política pudiera cambiar la norma a su conveniencia, proceder que sería muy mal ejemplo si no esté debidamente justificada, y se demuestre que es absolutamente indispensable», denuncia el estudio.
El estudio recuerda que el edificio forma parte del Conjunto Histórico Paseo de Pereda-Castelar, y el proyecto inicial «incumple su normativa por la importante transformación de la imagen del edificio y el aumento de una planta en el cuerpo central». Igualmente supone «una grave contradicción» del Plan General de Santander por la flagrante ocupación del espacio público, dice la memoria.
El nuevo planteamiento parte de la posibilidad de situar dos «núcleos de comunicación vertical», con ascensores y escaleras en ambos lados del edificio, sin tener que ocupar el interior del arco. También se crea en el sótano un amplio espacio de unión entre las dos partes del edificio, para unir directamente ambos vestíbulos. Al mismo tiempo, la parte superior del arco queda unido por una gran galería que permite la continuación del recorrido expositivo entre ambas partes del edificio. Finalmente, «se propone que las entradas principales al museo den hacia el Paseo de Pereda, y no en el interior del arco, donde existe una acera estrecha y próxima al paso de vehículos, con el consiguiente peligro que ello supone».
La alternativa deja claro que su propuesta no contradice «la unánime alabanza y el apoyo ciudadano que merece el proyecto de ubicar la Colección en el emblemático edificio y el incuestionable beneficio para la ciudad por el equipamiento cultural y social que se pone a disposición de los ciudadanos».
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