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Maribel, de San Román, contra el MetroTUS porque sale antes de casa y llega más tarde a trabajar. Jacobo, de Isabel la Católica, contra el MetroTUS porque para ir del centro a El Alisal tiene que coger dos autobuses. Pilar, contra el MetroTUS porque hace ... 60 años iba de Peñacastillo al Ayuntamiento directa y ahora no. Sin fisuras, unánimes. El nuevo sistema de transporte público «no funciona» y así lo gritaron esta tarde cerca de 3.000 santanderinos (2.000 según la Policía Local y 5.000 según los organizadores). Lo subrayaron haciendo sonar campanos, cuernos, campanillas, cacerolas, silbatos y el himno anti-MetroTUS compuesto por Chema Puente, que cantaron todos en la plaza del Ayuntamiento como cierre de la movilización, junto al ‘Santander la marinera’.
Para la alcaldesa tuvieron varios mensajes. En las pancartas ( ‘Gema Igual, entendemos el funcionamiento, no somos tontos’) y voces de «fuera, fuera» tras una sonora pitada ante el Consistorio. «Si no se toman las decisiones que da miedo tomar –en referencia a que se vuelva al TUS anterior– seguramente nos volverán a ver aquí», avisó el presidente de la Asociación de Vecinos de Cueto, Santiago Sierra, al acabar la manifestación. Para el modelo, los usuarios mostraron el rechazo que vienen expresando de todas las formas posibles en el último mes y medio, desde que el 1 de febrero se implantó la fórmula que les obliga a hacer transbordos en varias líneas importantes de los barrios. Este viernes los lemas eran ‘Dos autobuses, dos esperas. ¿Avances? ¡No creas!’ o ‘MetroTUS no queremos, en las urnas nos veremos’.
Los convocantes (la Plataforma Transporte Santander) creen que los cambios han traído «diferencias sociales y grandes trastornos en los lugares más alejados del centro de la ciudad. Y todos somos Santander». Por eso fue sobre todo el extrarradio el que se levantó en ruido en esta tarde-noche durante hora y media (la marcha empezó a las 19,30 y se disolvió a las 21,00 horas). La gente quiere que el servicio público de transportes «vuelva a ser lo que era» y los santanderinos de Monte, Cueto, Peñacastillo, San Román y otros muchos puntos intermedios se oponen a la obligación de transbordar. Tras el retorno a lo conocido al que aspiran, las asociaciones vecinales esperan que se abra un «diálogo con todos» y una nueva propuesta «equilibrada y respetuosa con los ciudadanos».
La de hoy era la segunda movilización contra las modificaciones (la primera fue una concentración ante el Ayuntamiento el pasado día 3, en la que participaron alrededor de un millar de personas). Estuvo respaldada por un nutrido grupo de asociaciones vecinales: la de Cueto, con gran leyenda propia (Cueto en lucha, al centro de un tirón), Monte, también con su eslogan, así como por las organizaciones de María Blanchard de La Albericia, Gutiérrez Solana de La Albericia-Cazoña, San Joaquín de Campogiro, Los Arenales de Castilla-Hermida, la del Ensanche, Pombo y Cañadío, Amigos de Cazoña, la de Pronillo, la de Nueva Florida y la de Peñas Blancas (de San Román). También estuvo el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Cantabria.
La manifestación arrancó en Puertochico y concluyó en la plaza del Ayuntamiento, a donde llegaron familias enteras y muchos veteranos, un colectivo al que ha dolido especialmente el MetroTUS. También hubo concejales de la oposición: desde varios del PSOE como Pedro Casares, Daniel Fernández y Carmen Uriarte hasta los regionalistas José María Fuentes-Pila y Raúl Huerta pasando por Miguel Saro (IU) o Antonio Mantecón, cuyos partidos que advirtieron hace tiempo de cambiar las rutas. En la plaza, Ricardo Sáinz, el presidente de la Fecav (Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos) leyó un manifiesto en el que recordó al equipo de gobierno que «la ciudad debe estar al servicio y necesidades de los ciudadanos» y debe hacerles «fácil el día a día». El portavoz puso en tela de juicio la participación en el proyecto. «Esta participación ha sido cuestionada por los vecinos ya que en ningún momento fueron preguntados ni respondieron afirmativamente a las propuestas aunque se siga insistiendo en que los cambios son sugerencias suyas».
La plataforma hizo hincapié en «el descontento de todos los que nos presentamos aquí», contrariados «por lo que han significado el MetroTUS en nuestras vidas diarias, que han ido a peor». «Todos respetamos y amamos profundamente» a Santander, que «tiene que crecer y avanzar, pero siempre con la participación y opinión de todos», remarcó. Sainz hizo algo de memoria sobre la gestación del proyecto diciendo que en diciembre se informó a «algunas asociaciones» de la futura reforma de las líneas de transporte, una información que corrió en su mayor parte a cargo de los técnicos de la Universidad de Cantabria que habían desarrollado el estudio, «momento en el que surgieron dudas y peticiones», lo que provocó solicitudes de información «que ya no fue facilitada antes de la entrada en servicio».
Pero algunos creen que a este le queda poco aliento por delante. Se hablaba en un corrillo detrás de otro y en decenas de grupos, en los que había abuelos, hijos y nietos. Pilar Fernández, de Peñacastillo, estaba con un grupo de amigas y todas tenían esperanza de que se les escuche. «Si no, las elecciones están bien cerca», dejaron caer. «Nosotras hace 60 años veníamos del tirón al centro. Ahora no nos pueden decir que este sistema es mejor». Parecida idea sostuvo Maribel Sánchez, de San Román: «Yo creo que lo van a tener que modificar. Si todo el mundo está tan descontento, no les va a quedar otro remedio».
El presidente de la asociación vecinal San Joaquín, Ricardo Mora, señaló que «esta dinámica que ha cogido el Ayuntamiento de ir haciendo pequeños cambios al final es reconocer que no está funcionando. Van a tener que dar marcha atrás». El portavoz estimó que esta movilización «va a ser un punto de inflexión para que se vea que lo que decimos es verdad, que hay muchísima gente cabreada. A ver si de una vez nos atienden».
Menos optimista sobre el resultado de la presión vecinal se mostró Jacobo Achurra. «No servirá –opinó–. No van a modificar nada por mucho que nos empeñemos».
La manifestación se produce un día después de la entrada en servicio de algunos cambios en las líneas 18 y Central, y a unos días de que se implementen otros ajustes en las líneas 3, la 17 y la 5C2 y 5C1. Unos cambios que son bien recibidos, pero que en general se consideran insuficientes. Los vecinos de los barrios más periféricos de la ciudad solo quieren, por ahora, regresar a la situación anterior.
Hoy la alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha manifestado su «respeto absoluto» por los manifestantes porque tienen «todo el derecho» a protestar, aunque ha dicho que, para ella, «es más fácil preparar las soluciones en el despacho que en la calle». La regidora dice entender las quejas pero tambien resalta el hecho de que ya se están haciendo correcciones y se van a estudiar otras propuestas de modificaciones. En este sentido, ha defendido que «la mejor manera» de solventar el problema de las líneas del MetroTUS es estar «en los despachos, en las asociaciones de vecinos, apuntando y estudiando las soluciones». Es lo que «estamos haciendo» y «ya está dando resultados», ha asegurado.
Está previsto que el 28 de marzo se reúnan la alcaldesa y la plataforma, que aglutina a una decena de asociaciones vecinales, a la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos y a otros colectivos como el Consejo de Estudiantes, Concejo Abierto, DEBA o la Mesa de Movilidad de la Bahía de Santander. En el manifiesto la Plataforma ha asegurado que la información que se hizo llegar al principio corrió a cargo de técnicos de la Universidad de Cantabria que «dejaron claro» que se trataba de una decisión política.
La Mesa de Movilidad de la Bahía apoya todas las reivindicaciones de la Plataforma Transporte de Santander y las asociaciones de vecinos de la ciudad y exige al Ayuntamiento que vuelva «al punto de partida» y a lo que era el TUS el 31 de enero.
Este colectivo considera que el Consistorio debe volver al anterior sistema de transporte urbano «con el mayor consenso posible», pero ha pedido «responsabilidades políticas al equipo de gobierno por los desastrosos cambios introducidos en el sistema de transporte público».
«Los cambios que se produzcan deberán ser consensuados y participado con la Plataforma Transporte Público y la Federación de Asociaciones de Vecinos en el marco de una gestión sinérgica del transporte de la Administración regional y los ayuntamientos del área metropolitana, con Santander como primera referencia», ha señalado la Mesa de Movilidad.
Y este colectivo vuelve a pedir un consorcio o que se cree una autoridad de transporte regional para hablar de estos asuntos.
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