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Varias mujeres, tapadas con mantas, aguardan noticias en la calle.

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Varias mujeres, tapadas con mantas, aguardan noticias en la calle. Juanjo Santamaría

«Ha sido como una bomba. Horrible»

La madrugada ha sido muy larga para las decenas de vecinos desalojados y otros muchos que han salido a la calle al escuchar la explosión | Nadie ha querido moverse del barrio hasta tener noticias de los desaparecidos

Candela Gordovil

Santander

Sábado, 26 de octubre 2024, 07:23

César Zorrilla vive a 200 metros del edificio que se ha prendido en llamas. Asegura que sobre las cuatro menos cuarto -lo sabe porque aún no estaba dormido- escuchó el petardazo. «Ha sido como una bomba. Horrible. He pensado que era un coche bomba y me he acordado de cuando escuché la bomba que puso ETA aquí también».

Es uno de los vecinos que desde esta madrugada se encuentra en la zona ayudando a sus vecinos o esperando a saber qué ha ocurrido. En la calle, cortada al tráfico, el trajín es incesante: servicios de emergencia, autoridades y muchos vecinos que han salido a la calle para ayudar a sus conciudadanos aportando mantas, café o simplemente un abrazo o consuelo. A medida que pasan los minutos, la desesperación y el nerviosismo siguen instalados allí porque no hay noticias de las personas desaparecidas. Todos se temen lo peor, que aparecerán bajo los escombros del edificio. Con el paso de las horas se confirmaron los peores presagios...

Ha habido mucha tensión y desconcierto. Varias personas de avanzada edad se han mareado por los nervios de la explosión. Y en cuanto se observaba algún movimiento, la gente se ponía de pie y se acercaba a los servicios de emergencia para saber si habían aparecido las personas a las que se buscaba desde la explosión.

El edificio se cayó en torno a las cuatro de la mañana, tras un estallido en la parte baja, y el fuego se ha desatado después. Apenas dio tiempo a salir a la calle.

Rescatando a unas niñas por el balcón

Otro de los vecinos, que vive junto a cuatro familiares en el edificio siniestrado, narra cómo ayudaron a salir por el balcón a las dos hijas del matrimonio que finalmente ha sido encontrado muerto. «Al oír la explosión hemos salido de casa, a las cuatro de la mañana. No podíamos ir para ningún lado». Del primer piso han ayudado a salir por el balcón a una joven de 18 años y una niña de año y medio. «Los bomberos han tardado 20 minutos», se lamenta este vecino que, junto a una mujer, han sido atendidos por inhalación de humo en Valdecilla pero que ya han regresado a la zona. Dicen que no les dan información de cómo están los heridos. En el edificio vivían 21 personas, según la delegada del Gobierno. Uno de los vecinos ha explicado que entre ellos estaban los tres fallecidos (Manuel Fernández Cuenca y el matrimonio recién localizado), la dos hijas de la pareja, una familia peruana de cinco miembros y otra familia de otros cinco integrantes.

Kimi, que vive en el bajo del edificio, se encontraba aún despierto cuando ha escuchado la explosión y ha empezado a ver las llamas del incendio. Él ha logrado salir con su familia -sus padres y otras dos mujeres- y con sus dos perros, pero «estamos muy preocupados y muy nerviosos porque no sabemos nada de nuestros vecinos ni cómo va a quedar nuestra casa. No hemos podido rescatar absolutamente nada».

Saltaron por la ventana para salvarse

«Salimos de casa y nos encontramos con mucho humo blanco. La puerta estaba atascada pero pudimos abrirla y cuando salimos nos encontramos con esto», ha detallado otro de los vecinos. «Diez segundos más y no lo contamos. Las vigas se estaban consumiendo», ha afirmado, a la par que comentaba que dos vecinos de la segunda planta pudieron salvar sus vidas al saltar por las ventanas.

La planta baja donde reside este joven no se ha llegado a derrumbar, por lo que espera que pueda recuperar algunas pertenencias de dentro de la vivienda.

Por otra parte, otro de los vecinos de uno de los edificios desalojados esperaba impaciente que le dejasen entrar en su vivienda, preocupado por su gato. «Mi mujer y yo nos despertamos con una onda expansiva y salí corriendo a la calle con lo puesto para ayudar». Desde entonces, no ha podido regresar a su vivienda. «Las luces se encendían y apagaban», ha comentado.

Los servicios de emergencias instalaron en la zona un hospital y una tienda de campaña para atender a los vecinos con alimentos y bebidas.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, que ha sido una de las primeras en llegar, ha charlado con varios grupos y con los vecinos que por el momento han rechazado la oferta del Ayuntamiento de Santander para alojarse en el Centro Princesa Letizia hasta saber qué ocurre con los edificios colindantes. Prefieren permanecer en el lugar hasta conocer qué pasas con sus casas y cómo estan sus vecinos. Igual ha estado unos minutos con ellos dentro del autobús que se ha habilitado para los traslados. De momento nadie puede volver a sus casas hasta ver que todo es seguro.

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