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La Fundación San Cándido presentó ayer oficialmente el nuevo pabellón que ha construido para ampliar su residencia de mayores en Santander. Se trata de un edificio de 12.400 metros cuadrados dividido en cuatro alturas que permite a la entidad disponer de 172 nuevas plazas residenciales. La institución celebra su 90 aniversario.
Al igual que los dos pabellones anteriores, la nueva infraestructura se ha levantado en torno a un jardín de 20.000 metros cuadrados que constituye el eje principal de la residencia. Amplios pasillos, libres de barreras arquitectónicas, comunican las 172 nuevas habitaciones, de las cuales el 70 % son individuales. Todas ellas disponen de baño privado adaptado a las necesidades de los residentes. Se trata de un edificio moderno y funcional diseñado por el arquitecto Ignacio Ortiz. Las zonas comunes disponen de una decoración contemporánea, muy alejada del concepto tradicional de residencia geriátrica.
La ocupación de las nuevas estancias ha permitido dejar libre el módulo central de la residencia, construido en 1970, y que a está en proceso de reforma.
Al acto asistieron Eva Díaz Tezanos, vicepresidenta del Gobierno de Cantabria; Gema Igual, alcaldesa de Santander y el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, así como representantes de la Universidad de Cantabria, el Icass o el Centro de Estudios Regionales. Además del Patronato de la institución al completo, residentes y familiares.
En su intervención, José Olano Sánchez, presidente del Patronato de la Fundación San Cándido, destacó «el respeto a la dignidad de las personas, la calidad asistencial y el compromiso ético» como principales valores de la institución.
El Patronato ha podido acometer este proyecto gracias a una generosa herencia. En julio de 1985, Carmen Noval dejó como heredera de sus bienes a la Fundación San Cándido una vez que falleciese su hija, Carmen Portilla Noval. Conscientes de que el legado constituía una serie de bienes considerable, la dirección de esta institución analizó diversas posibilidades para que la requerida inyección de capital revertiese directamente en el bienestar de los residentes.
Carmen Portilla, afectada por una parálisis cerebral, falleció en octubre de 2013. Desde entonces, su legado ha sido un elemento dinamizador para la actividad del centro. Sus bienes no han servido para costear al completo todas las iniciativas emprendidas «pero es verdad que han sido el punto de partida de múltiples propuestas», se explicó en el acto. Entre ellas, la construcción del nuevo edificio, la adecuación de una sala específica de estimulación sensorial o el desarrollo de un estudio de investigación en colaboración con la Universidad de Cantabria, titulado 'Estudio para la aplicación de señales neurofisológicas al diagnóstico clínico precoz de patologías neurodegenerativas'.
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