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El Ayuntamiento de Santander ha consignado en los presupuestos municipales de este año 2018 un partida de 450.000 euros destinada a dos infraestructuras de la península de La Magdalena: la Casa de los Guardeses, que será restaurada por tercera vez en veinte años, y el nuevo bar-cafetería para la campa, que conllevará la desaparición de la antiestética nave de tejado de chapa y que desmerece notablemente del resto de edificios de esta finca que, desde hace cuarenta años, es propiedad del Ayuntamiento de Santander.
Se trata de dos mejoras que quedarán vinculadas el departamento de Turismo y servirán para «potenciar ambas infraestructuras», se indica desde el Ayuntamiento. La Casa de los Guardeses será convertida en un nuevo punto de información y recepción al visitante y se instalará en ella la nueva Oficina de Congresos de Santander. Servirá, además, como dotación complementaria a las oficinas del Palacio de la Magdalena en la época que es utilizado por la UIMP. Para ello, el Ayuntamiento va a encargar la redacción de un proyecto con la intención de poder ejecutarlo este mismo año. En la actualidad, la Oficina de Congresos ocupa un pequeño espacio en la Oficina Municipal de Turismo de los Jardines de Pereda, insuficiente para cumplir su función.
También se ha encargado ya la redacción de un proyecto para la sustitución del edificio del bar de la campa, «con el fin de crear una infraestructura que combine los usos de hostelería (cafetería y restaurante) con otros usos turísticos y de promoción comercial de la península y del propio palacio. La explotación de la nueva instalación saldrá a concurso público.
El presupuesto definitivo de cada uno de los proyectos se conocerá cuando finalice la redacción de ambos y la partida de 450.000 euros de este año permitirá iniciar las obras en 2018. En caso de que supere esa cuantía, se podría incluir el resto en el presupuesto del año próximo.
Los planes municipales para las dotaciones del Palacio de la Magdalena incluyen otras intervenciones. El Ayuntamiento ya está redactando un proyecto de rehabilitación y mejora de varias dependencias tanto del palacio como de las caballerizas, así como para adaptar y modernizar sus instalaciones (electricidad y climatización, entre otras).
El palacio, cuya rehabilitación acabó en 1995, es sometido de forma regular a pequeños trabajos de mantenimiento, pero hay zonas que necesitan una intervención mayor, como la mejora del suelo de la sala de baile, que en parte es el original de 1912, cuando el palacio fue entregado alrey Alfonso XIII para su veraneo. Las caballerizas necesitan un buen repaso, pues el uso de cientos de personas durante los tres meses en que está ocupado por los cursos del UIMP y las inclemencias del tiempo han hecho mella en algunas dependencias.
La rehabilitación del palacio y de las caballerizas fue inaugurada el día 14 de junio de 1995 por los reyes Juan Carlos (nieto de Alfonso XIII) y Sofía. El proyecto original del palacio fue obra de los arquitectos Gonzalo Bringas y Javier González de Riancho y la restauración corrió a cargo de Luis de la Fuente Salvador. El mismo González de Riancho diseñó las caballerizas, también restauradas y transformadas para sus nuevos usos (en 1994 ) y la casa de los guardeses, uno de los edificios a restaurar, uno de los más curiosos de cuantos pueblan La Magdalena.
La Casa de los Guardeses se encuentra en bastante mal estado, con parte del cielo raso caído. El inmueble hace tiempo que está desocupado. Fue restaurada por primera vez en febrero de 1988 siendo alcalde Gonzalo Piñeiro y la segunda reforma se hizo entre finales de 2011 y agosto de 2012 por los alumnos de la Escuela Taller de Santander y siendo alcalde Íñigo de la Serna.
La Casa de los Guardeses tiene una superficie de 268 metros cuadrados, en dos plantas. Dispone de cuatro puertas de acceso y 26 ventanas de doble hoja, algunas de las cuales se encuentran muy dañadas. Tras su última restauración fue dedicada, entre otras cosas y durante un tiempo, a punto de venta de material promocional del Mundial de Vela. También en 2012 se restauró el mareógrafo.
Lo que está menos adelantado en ideas y proyecto es la sustitución del antiestético bar de la campa por una construcción de calidad y más acorde con el espacio que ocupa. En el Ayuntamiento no es nuevo este necesario plan de sustitución. Ya en 2010 la Concejalía de Turismo, que entonces dirigía Gema Igual, planteó la desaparición de la vieja construcción y la instalación de una más moderna en base a una estructura modular de acero y cristal con cubierta inclinada de zinc, sobre una base elevada del suelo.
La moderna estructura tendría una superficie de 500 metros cuadrados, con altura máxima de 4,60 metros y mínima de 2,85. La dotación albergaría una oficina de turismo, una tienda de objetos relacionados con La Magdalena y Santander, y cafetería, restaurante, sala multiusos y aseos públicos.
La propuesta recibió el apoyo del Colegio de Arquitectos, porque, en palabras de su decano, Ignacio Pereda, «no interfiere con la vista de la bahía, ni con los edificios históricos». Y añadía que «no entra en competencia con la importancia de las edificaciones históricas, de estilo inglés». El diseño del moderno pabellón fue de Armando Gutiérrez Mendoza y Jacobo Simal García, que pretendían que «la primera vista que tengan quienes accedan a La Magdalena sea digna, elegante».
La crisis económica se llevó por delante aquella idea de reforma que, ahora, siete años después, retoma el Ayuntamiento con Gema Igual como alcaldesa.
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