Vital Alsar descansa en el Panteón de Ilustres

Pasadas las once de la mañana, con cielo azul deslumbrante, la urna con sus restos fue depositada por su viuda y sus hijas en el Panteón de Personalidades Ilustres del cementerio de Ciriego. Lejos de la amargura que se expande en el momento de tapar un nicho, el cantante Chema Puente y su 'Santander la marinera', contagiaron de paz a la familia y amigos, llegados de distintas partes del mundo, además de a las autoridades presentes.

A Denisse Zuñiga (su mujer) y Denisse y Marina Alsar (sus hijas), junto a la hermana del navegante, Marina Alsar, y Sergio Gual, amigo a quien consideraba su «hijo predilecto», les costó escoger las palabras de agradecimiento. «Estamos tan orgullosos de los santanderinos, pero no solo por las nuestras de afecto que recibimos ahora que se ha ido, sino por todo el que le dieron en vida», declaró a este periódico su hija Marina. Guel matizó, por su parte, que Alsar «no ha muerto, se ha embarcado en otra aventura».

Ya en el interior de la capilla, con música a cargo de miembros del conservatorio municipal Ataulfo Argenta, la familia estuvo arropada por la alcaldesa Gema Igual, ediles de todos los grupos municipales, la delegada del Gobierno en Cantabria Ainoa Quiñones, el diputado nacional del PSOE Pedro Casares, mandos militares y representantes de las asociaciones de vecinos de Cueto, San Román Monte y Vital Alsar, además de amigos y representantes del colegio Vital Alsar. Denisse Zuñiga recordó las últimas palabras de Alsar y con emoción dijo: «!Santander, cuánto te quiero¡ No estamos tristes, después de todas estas muestras de cariño y estos homenajes. Solo puedo decir gracias, gracias, gracias».

Por su parte, la alcaldesa destacó que «desde aquí podrá reposar sus singladuras, acunado en la placentera cercanía de su amado Cantábrico».

La siguiente parada de la comitiva fue La Maruca. Allí les estaban esperando amigos de la infancia, como Luis Echevarría, que contó que «él era más joven que yo, pero mi abuela, Eugenia, era como su segunda abuela. Cuando de General Dávila (donde vivíamos todos) hasta aquí no había más que prados y vacas, veníamos a merendar o a pescar. Un día, con mi padre, por culpa de una roca, perdimos el pez y él se tiró al agua para recuperarlo. ¡La bronca que se llevó! Él era así, impulsivo, un poco trasto, pero el más cariñoso».

Antes de descubrir la placa del paseo de La Maruca que desde ayer lleva el nombre de Vital Alsar, otro gran amigo, Jesús Ceballos, recordó cómo una tarde, antes de las obras de la zona, se encontraron ambos a Juan Hormaechea (por entonces alcalde de Santander). «A Hormechea también le gustaba mucho venir a La Maruca. Esa tarde le dijo a Vital «este lugar, un día llevará tu nombre. Hoy los dos estarán felices».

Junto al Centro de Interpretación, que ahora lleva también el nombre del aventurero, tanto el presidente como el vicepresidente de la Asociación Vital Alsar, Javier Cantera y Daniel Casanueva, respectivamente, ambos navegantes del trimarán Zamná, al igual que Santiago Villaverde, recordaron sus hazañas y con qué estima «llevaba el nombre de Santander y Cantabria por todos los mares».

La península de La Magdalena fue el epicentro de los actos de la tarde. Tras la inauguración de la exposición 'Vital Alsar, el Mar y la Paz', la Casa de los Guardeses, donde se puede disfrutar de proyecciones de películas sobre sus expediciones y fotografías, la comitiva realizó una visita a los galeones para ver la nueva denominación y las señales actualizadas.

La jornada concluyó con la presentación de dos libros: «La Marigalante» y «Zamná: Mensajero de la Paz» a la que siguió una mesa redonda, en el Paraninfo de La Magdalena.