Un centro cerrado al tráfico contaminante y rodeado de aparcamientos disuasorios

Así, la propuesta incluida en el modelo de ciudad para el futuro de la movilidad en Santander es desarrollar las cuatro medidas que interactuarán entre ellas para dar lugar a un plan «integral y armonizado». Lo primero será definir la Zona de Restricción Vehicular (ZRV), una acción que se fundamenta en el concepto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que aún no está definido en Santander. Aunque aún está por delimitar, el modelo de ciudad recoge una primera idea que rodea el centro por el barrio Pesquero, La Marga, General Dávila, Valdenoja, El Sardinero y Puertochico.

Alrededor de esta zona restringida habrá una red de nodos intermodales, que contará con aparcamientos disuasorios conectados con otros modos de transporte hasta el centro. El modelo de ciudad señala que estos aparcamientos se podrían dividir en dos cinturones: uno al 'borde' de la zona restringida y otro más alejado. Así, los del primer cinturón serían los más lejanos al centro y se localizarían en Corbán (junto a los terrenos del seminario, desde donde canalizaría personas de acceso de las zonas residenciales de Soto de la Marina y Liencres), en la zona comercial de El Alisal (que absorbería una parte de los vehículos que acceden por la S-20), en la zona de Nueva Montaña y el Zoco (destinado para los accesos desde la N-623) y en el entorno de Valle Real (para aprovechar los terrenos próximos a las zonas comerciales y con acceso directo al apeadero de ferrocarril).

Los del segundo cinturón, más cerca del centro, se ubicarían en la S-20/Repuente (para absorber gran parte de los accesos de la S-20 con destino al centro en su parte oeste y noroeste y los viajes a Monte y Corbanera), en la Vaguada de Las Llamas (un segundo filtro para los vehículos de la S-20 y viajes procedentes de Monte y La Torre), en Las Llamas y Campos de Sport (para aprovechar la infraestructura actual y prevista en la zona del campo de fútbol, con el intercambiador del que parten las principales líneas de la ciudad), en la ladera norte de la UIMP, en el Distribuidor de La Marga (su disponibilidad depende del uso que finalmente se dé al antiguo edificio de la Residencia Cantabria) y en La Marga (el enclave más estratégico para absorber la principal entrada a la ciudad).

El modelo de ciudad también plantea una jerarquía viaria que favorezca la «coexistencia de tráficos». Solo se dejarán dos viales transversales que bordearán la zona restringida: el túnel de Tetuán y el Distribuidor de La Marga. Longitudinalmente, la avenida de la Constitución, Los Castros y el nuevo eje de las estaciones canalizarán la movilidad este-oeste y conectarán con los viales transversales norte-sur. Y habrá otros tres niveles en la jerarquía: las calles principales a 50 kilómetros por hora, las calles locales a 30 kilómetros por hora, las calles vecinales a 20 kilómetros por hora y los ejes cívicos, para peatones.

En cuanto al transporte público, se proponen nuevas líneas y la reestructuración de partes del sistema actual para conectar los aparcamientos disuasorios con el centro de la ciudad y, así, convertir el viaje en autobús en un transporte competitivo con el automóvil. En muchas de las líneas ya existentes se propone duplicar las frecuencias actuales y también se pondrán en marcha lanzaderas hasta el centro desde el Primero de Mayo, desde Monte, desde La Marga y proponen extender la línea Central.