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En Laredo, la Policía Local ha prohibido el desplazamiento de bicicletas y patinetes por el carril señalizado sobre el Paseo Marítimo, con el fin de mejorar la convivencia entre peatones, ciclistas y conductores. Sin embargo, este carril, que se trazó hace 17 años, nunca llegó ... a legalizarse: el Ayuntamiento se limitó a pintar un trozo de esta acera, al tiempo que se estrechaba el área para los ciudadanos a pie.
La Policía Local ha recordado que, en virtud de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, «bicis y patinetes deben ir por la calzada o carril bici (de haberlo, que no es el caso de Laredo) y no deben circular por las aceras». Según han indicado, fueron «los numerosos conflictos entre peatones y ciclistas» lo que llevó a tomar la decisión de cerrar el uso de este carril.
Esta polémica se ha hecho extensible a otros municipios de la región, como Santander, donde también un carril bici recorre el Paseo Marítimo, siendo la única vía ciclista posible para atravesar el centro de la ciudad.
«Las bicis invaden las aceras y para evitarlo estamos buscando la mejor solución, que será un carril bici que garantice la seguridad vial»
«La normativa permite habilitar carriles bici en aceras siempre que estén debidamente señalizados, como es el del frente marítimo de Santander»
Para Cantabria con Bici este modelo de 'aceras-bici' no es válido para un desarrollo del movilidad sostenible real. «Este seudocarril pintado sobre el Paseo Marítimo no mejora la movilidad sostenible de la ciudad, sino que traslada el problema a los peatones», denunció Rafael Casuso, portavoz de la plataforma.
Para Casuso, el fomento de los desplazamientos en bici en las ciudades como modelo de transporte sostenible, requiere de «dar el salto a la calzada, pero los dirigentes no son capaces. Si queremos ciudades verdes y amables tiene que ser así. No queremos carriles bicis en las aceras. Atravesar por este carril a la altura del Centro Botín es una bomba porque los turistas invaden continuamente el carril que además está my poco señalizado».
Por su parte, el concejal de Fomento y Movilidad Sostenible de Santander, César Díaz, señaló a este respecto que «la normativa permite habilitar carriles bici en las aceras siempre que estén debidamente señalizados, como es el caso del carril bici del frente marítimo de Santander».
Díaz, preguntado por la posibilidad de buscar alternativas a este carril bici, afirmó que «no se están planteando» en estos momentos. Asimismo, fuentes del Ayuntamiento indicaron que «nada tiene que ver el caso de Laredo con el de Santander al ser perfectamente legal el carril bici de la capital cántabra».
Desde el punto de vista de Cantabria con Bici, en Santander solo existe un carril bici «en serio», y este es el que se ha trazado en Reina Victoria a raíz de la pandemia, que discurre por la calzada y para el que hubo que suprimir plazas de aparcamiento. «Este carril bici por la calzada ha favorecido notablemente el desplazamiento de las bicicletas», afirmó la asociación, que también aplaudió el tramo de carril bici desde el Parque de Las Llamas a los fuente de los Delfines, que implicó reducir a un carril el tráfico rodado.
La Mesa de Movilidad del Besaya se pronunció en esta misma línea y calificó las 'aceras-bici' de «apaños». «No una solución definitiva, sino parches que se van comiendo las aceras y que se convierten en un motivo de conflicto entre peatones y ciclistas». Su portavoz, Javier Polanco, destacó que «cualquier ingeniero que tenga criterios de movilidad ciclista debería aplicarlos para sacar la bicicleta a la calzada en todas las obras nuevas», en referencia a las obras del soterramiento en el Arco Norte.
Las quejas que desde hace años se vierten sobre el carril bici de Santander se concentran en el tramo entre Puertochico y el Centro Botín, donde se detectan varios puntos negros. El primero de ellos, a la altura del surtidor de gasolina. «En Puertochico, en la intersección del Paseo de Castelar con la calle Gamazo, se producen situaciones de conflicto con los peatones a diario, que invaden el carril; podrían evitarse con una mejor señalización del carril y colocando elementos en superficie que hagan barrera».
En el Paseo de Pereda, el tramo entre el monumento a Los Raqueros y el Centro Botín, «está permanentemente invadido por peatones que cruzan por los pasos de cebra pintados». A la altura del Centro Botín la aglomeración se intensifica por el turismo. El Ayuntamiento subraya que cuando hay pasos de cebra es el ciclista el que debe parar para que cruce el peatón.
Laredo, localidad que multiplica el número de habitantes en verano, no dispone de carril bici. Lo único que desde el Ayuntamiento se había desarrollado para favorecer los desplazamientos a dos ruedas es el carril improvisado sobre el Paseo Marítimo que acaba de ser invalidado por la Policía. El alcalde, Miguel González, informó a este periódico de que están buscan soluciones. «Por seguridad vial y porque las bicis invaden el paseo, trabajamos en una alternativa. Un carril bici que conectará Carlos V con el pueblo y, en una segunda fase, Carlos V con el puntal. Estará financiado con fondos europeos».
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