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Este lunes el reloj marcaba las 21.30 horas y en el restaurante Parrilla La Leña, en la plaza La Leña, atendían con normalidad a ... los más de veinte clientes que se encontraban en el establecimiento. «La lluvia comenzó a caer con más fuerza y en un abrir y cerrar de ojos el bar se inundó», comentaba esta mañana José Antonio Sainz, al frente del negocio, con un poco más de tranquilidad. Lo dice mientras saca su teléfono móvil y muestra los vídeos de las riadas de agua que ayer provocaron las precipitaciones. No se salvó nada: la barra del bar hasta arriba de agua; el comedor, en el que había comensales, encharcado; la entrada… «Es muy fuerte. Todos los clientes tuvieron que salir corriendo y nos quedamos achicando agua y limpiando». No fue tarea fácil. Sainz calcula que estuvo allí hasta pasadas las doce de la noche. Prueba de ello es que esta mañana el local estaba impoluto. Y funcionando con normalidad. Eso sí, el tema era la comidilla del barrio.
Para Sainz lo peor de todo es que este suceso no es la primera vez que ocurre. De hecho, explica que en otras ocasiones cuando ha coincidido la tromba de agua con la pleamar -este lunes no fue el caso-, el agua ha entrado hasta dentro. Es decir, las consecuencias de las riadas que provocan las precipitaciones en Santander resultan familiares para los comerciantes de la zona. Un poco más arriba de La Leña se encuentra la tienda de comestibles Alimentación Xu. En la entrada había varios cartones colocados para evitar «resbalones». Shaoyong, una de las gerentes del local, se encontraba ya en casa cuando llegó la lluvia. «En la tienda estaba mi marido. Vine a todo correr desde la calle San José», relata.
Al llegar, se encontró lo que ya se imaginaba: todo el local inundado. Así que se puso manos a la obra. Bajé la persiana de la tienda para que no entrara nadie más». Nada más y nada menos que cuatro horas achicando agua y limpiando todo el suelo. «Eeste año no he tenido que tirar comida. En otras ocasiones, porque esto ocurre bastantes veces, no me queda más remedio que tirar a la basura arroces, harina... Un desastre», lamenta.
Carmen
Vecina del centro de Santander
«Siempre nos pasa lo mismo. Hay un problema de saneamiento y el Ayuntamiento lo sabe. Pero aquí nadie hace nada», contó Carmen, que vive muy cerca de ambos comercios.
Otra de las zonas más afectadas por las fuertes precipitaciones de la noche del lunes fue El Sardinero, en la Plaza de Italia. Este martes se respiraba más tranquilidad. «Ahora llueve pero no tiene nada que ver con lo de ayer», comenta Nieves Ruiz, que cuando más llovía se encontraba en el autobús que la llevaba de El Sardinero al centro de la ciudad. Efectivamente, la lluvia propició momentos de tensión. Por ejemplo, en el restaurante Maremondo, donde el agua llegó hasta los almacenes. «Se inundó todo», cuenta una de las empleadas que anoche se encontraba trabajando. «Lo peor fue que los clientes no podían abandonar el establecimiento porque el agua en la calle les llegaba hasta las rodillas», añade. En consecuencia, tuvieron que llamar a los bomberos y a la Policía Local para facilitar su salida.
En la calle Joaquín Costa, en El Sardinero, también hubo problemas derivados de las fuertes lluvias. Luana Gándara se encontraba limpiando el local de Las Cántabras Gastro Bar, del mismo grupo que Mantequerías Cántabras, justo al lado. «Llevo aquí toda la vida y siempre ocurre lo mismo cada vez que llueve fuerte. El problema es que no hacen mantenimiento», relata Gándara.
Varios centros sanitarios de la región registraban esta mañana incidencias por la intensa lluvia caída en las últimas horas en Cantabria, si bien todas ellas o están resueltas o en proceso de solución.
En concreto, de los hospitales del Servicio Cántabro de Salud (SCS), solo Valdecilla ha sufrido filtraciones en el Box 21 de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), humedades en las habitaciones de los médicos de guardia de la Unidad de Cardiología-Críticos, ubicada en la planta –1 del pabellón 17, y ha entrado agua por varias puertas correderas de la 10ª Planta de la Torre A.
Además, según ha podido constatar el SCS, una tercera parte de los centros de salud de Cantabria han contabilizado incidencias puntuales en pasillos, salas de espera o consultas por inundaciones, filtraciones y/o goteras. Algunos de estos centros que se han visto afectados por la lluvia están pendientes de ejecutar obras ya licitadas.
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Ana del Castillo
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