La Cocina Económica compraría pisos y, el Banco de Alimentos y Cáritas, comida, furgonetas y ordenadores

Hasta se le nota la alegría al otro lado del teléfono a sor Clara cuando se lanza a hacer una lista de todo lo que solucionaría con ese dinero cuando El Diario Montañés le pregunta en que lo emplearía. «Tenemos muchas familias malviviendo, gente con niños que se ve obligada a compartir viviendas.... y, fíjate, los 27 millones no sé si me llegarían para todos los problemas». Pero va resumiendo, porque casi todo se ciñe a tener viviendas suficientes «para sacar a personas de las calles». También querría dar dignidad a todos aquellos que están «malviviendo aunque no estén en calle». Y contrataría, al menos, «a otras 10 personas como técnicos para apoyar los procesos en los nuevos pisos. «Habría para pagar esos sueldos del personal cualificado y lo que supone acompañar» a estas personas.

Y además: a quienes «no tienen trabajo ni donde vivir, habría que darles un medio de vida. Así que la empresa de inserción laboral que vamos a poner en funcionamiento y para la que hemos pedido subvenciones... Necesitaríamos una nave grande para empezar a desarrollar este proyecto». Definitivamente: «Pisos, contrataciones de técnicos, instalaciones para talleres... No nos llegan ni los 27 millones para todo lo que querríamos».

También está en duda que le alcanzara para cubrir todas las necesidades que constata ahora mismo a la presidenta del Banco de Alimentos de Cantabria, Gema Díaz-Domínguez, que de primeras es muy rotunda sobre el destino de 27 millones de euros, si le llegaran. «Se iría todo en comprar alimentos, porque ahora mismo estamos fatal, muy necesitados. No quiero ni más naves ni más empleados, porque aquí funcionamos todo con voluntarios, que es el espíritu del banco». Pero, a medida que se lo va pensando, se va dando cuenta de que, con 27 millones, además de alimentos, «podría conseguir también alguna furgoneta, que nos hace falta».

Con ese premio de La Primitiva, el Banco tendría «alimentos para muchos muchos años». También Díaz-Domínguez se va animando a medida que se imagina lo que supondría un empujón económico de esas características y decide sobre la marcha «subir el sueldo a los empleados porque solo tenemos una persona y media y trabajan un montón»). Y como tendría tantos paquetes que repartir, «nos vendría bien nave más grande para almacenar. Nosotros necesitamos el dinero para mantener los vehículos, la maquinaria con la que se gestionan los cajones en las naves...».

La portavoz de la institución tiene la mente puesta en la 'gran recogida' que lleva tiempo organizando: siguen buscando voluntarios para esas jornada de captación de comida. Y no se le cae esta frase de la boca: «Ahora estamos fatal». Así que le hubiera hecho mucha falta una Primitiva, porque se hubiera cumplido ese sueño de quienes juegan a la Lotería: que el premio esté muy repartido. Y en este Banco lo estaría.

También la presidenta de Cáritas Cantabria, Sonsoles López Huete, se pone a soñar con lo que haría si su organización recibiese 27 millones de euros en estos momentos. «Lo invertiríamos en personas y proyectos. Para mejorar nuestra acción en toda Cantabria». Incluso se atreve a concretar. «Compraríamos unas furgonetas para poder trasladar a la personas con discapacidad que tenemos en la organización», explica López Huete al referirse a medios de transporte adaptados para llevar sillas de ruedas. «También invertiríamos en nuestras tarjetas monedero, esas que le damos a la gente para que pueda comprar productos básicos en las tiendas. Y con eso, además, mejorarían las ventas en el comercio».

La presidenta de Cáritas se va animando anima y le van viniendo planes a la cabeza. «Es como una carta a los Reyes Magos, van surgiendo ideas de qué hacer con tanto dinero». Y es que con 27 millones se pueden hacer muchas cosas. «Por ejemplo, comprar ordenadores para los chavales, para que puedan estudiar, algo que hoy en día es más que necesario», añade.