El colegio Manuel Llano de Santander, plata en los Premios Nacionales de Educación Vial

Rocío Raba López y María Amor Fernández Baragaño son las profesoras de las dos aulas de Primaria implicadas en un concurso que no es sino una forma de aprender respetar al otro. Raba ya sabía de este certamen, había participado anteriormente «y la experiencia fue muy bonita». Junto con su compañera, se decidió a repetir. Lo primero era elegir un formato: los alumnos «tenían muchas ganas» de componer un rap, así que se pusieron manos a la obra. Trabajaron la rima en clase de lengua y les salió una letra con mucho mensaje: «Si voy a montar el bicicleta me pongo el casco y llego a la meta. Lo mismo si monto en moto: no quiero un hueso roto».

Luego armaron el videoclip, y aquí las familias se implicaron un montón. «Su participación ha sido maravillosa. No nos lo esperábamos», cuenta la profesora. Junto con madres, padres o abuelas y abuelos diseñaron coches y semáforos y bicis «con luces y de todo».

Llegó el fallo del concurso, en una gala atípica, como ha pasado con casi todo en pandemia, y el Manuel Llano quedó segundo. «Nos ha hecho muchísima ilusión. La clase estuvo muy unida para cantar la canción. La cohesión de grupo se vio muy favorecida», celebra Rocío.

El premio, además de una cuantía en metálico para invertir en educación vial, conlleva la entrega de ocho videocámaras para trabajar en el aula. «Para conseguir todo esto tan bonito ha sido fundamental el buen ambiente en el colegio y la relación con las familias», celebra Raba López.