Los comerciantes de Puertochico, «indignados» con el nuevo retraso en la apertura del mercado

Supuestamente, el último compromiso adquirido por el Ayuntamiento, que se presentó por escrito, y que confirmó personalmente la alcaldesa, Gema Igual, a los comerciantes presentes en un acto informativo a pie de mercado organizado en abril, fue que «este verano se estrenará la nueva imagen del Mercado de Puertochico, sí o sí».

Las obras, que llevan cuatro años de retraso, han sufrido varios parones y, por medio, el abandono de la constructora Berlitec, que denunció a la adjudicataria, Baika Mercados, por impago, y un cambio de manos, a la constructora Copsesa, que está al frente desde 2022.

Desde abril han cerrado siete puestos, unos por jubilación y otros por la falta de público y la dificultad para vender la mercancía en una infraestructura completamente envejecida, con aspecto de abandonada, en pleno centro de la ciudad.

Las sospechas de que el proyecto no verá la luz se han apoderado de los tres comerciantes que continúan. En los pasillos comentan si tendrá algo que ver los retrasos con que las concesiones de los actuales negocios terminan en 2030. Les extraña que a siete días para que se cumpla la fecha prevista «nos llega este mazado y los ánimos, otra vez por los suelos. ¿Con qué fuerzas afrontaremos el verano en este lugar escondido donde casi nadie nos ve y solo quedamos tres puestos? No hay clientes, las infraestructuras están obsoletas... La imagen es penosa y cuesta mucho trabajo vender los productos y abrir cada día en esas condiciones. Dan ganas de tirar la toalla», lamentó Rafael Escobedo, al frente de la pescadería y portavoz de la Asociación de Comerciantes del Mercado de Puertochico.

«No se entiende que la alcaldesa falte a su palabra y deje en estas condiciones un mercado situado en un eje central de la ciudad», lamentó Escobedo.

La espera de los comerciantes de este céntrico mercado viene de lejos. Fue en 2011 cuando se adjudicaron las obras de reforma de este mercado, ya entonces muy deteriorado. El problema no es tanto que en esta década de espera no haya conseguido renovarse, sino que ha caído en la decadencia absoluta, con unas condiciones precarias. De las dos entradas de acceso para clientes, solo sigue abierta la de la calle Tetuán, que es poco visible. «Entra gente cada día a investigar y les oímos comentar entre ellos: ¿Qué será este lugar? Qué sitio tan raro, oscuro...», aseguró Juanma Bordas, al frente de Frutería Lines. «Creo que se están riendo en nuestra cara. Una vez más, nos dan largas y más largas. Son tantas las fechas incumplidas que al final te queda la sensación de que hemos estado luchando para nada». Bordas recriminó a la alcaldesa que «tiene tiempo para ponerle el pañuelo a la Sardinera, pero no para pasarse por el mercado a ver qué está pasando y por qué razón no avanzan los trabajos».

«Nos han dicho que el retraso de debe a una nueva salida de humos... Excusas. ¿Con qué cara pasamos el verano? Es un gran batacazo. Las obras están a medio hacer. Llegará septiembre y ¿con qué excusa vendrán?», desconfió Manuel Castillo, de la carnicería. «El bajón es terrible. Llevamos así 10 años y por el camino se han quedado muchos compañeros».

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