Denunciado un bar de Cueto por permitir la celebración de un cumpleaños infantil con 30 personas

Una fiesta de cumpleaños acabó ayer de la peor manera, con desalojo policial y denuncia, tanto al dueño del local donde se celebraba como al organizador del evento.

Ocurrió ayer por la tarde en un restaurante de Cueto, donde, sobre las seis de la tarde, llegaron los invitados a la fiesta de aniversario de un niño de 5 años. Eran unos quince niños y otros tantos adultos -los padres-, «más de 30, y no convivientes», que, según la Policía Local de Santander, alquilaron ese bar para celebrar la fiesta «de manera privada», por lo que el negocio permanecía cerrado al público durante ese tiempo. En determinados momentos, algunos de los adultos salían a la calle a fumar, y vecinos de la zona acabaron llamando a la Policía Nacional al considerar que allí había más personas de las permitidas con las actuales restricciones sanitarias.

Este cuerpo policial derivó el caso a la Policía Local de Santander, para que cursara la denuncia correspondiente por tratarse de una reunión de más de diez personas, el máximo permitido actualmente.

Este periódico se ha puesto en contacto con el responsable del establecimiento, que prefiere mantener su anonimato, quien ha asegurado que el aforo de su local es de 35 personas, y que los invitados eran «solo 30». También ha indicado que los adultos se sentaban en dos mesas con distancia de seguridad entre ambas, una de 8 sillas y otra de 7, (sin llegar al máximo de 10) y que los niños se sentaban separados de los mayores, al fondo, aunque, dada su corta edad, correteaban y jugaban por el local. No entiende que haya incumplido norma alguna, y dice que las cámaras de videovigilancia de su local podrían demostrar que «no había trasiego, ni musica ni escándalo alguno».

El dispositivo fue importante, con varias patrullas de ambos cuerpos desplazadas al sitio en cuestión. De la Policía Nacional fueron los Zetas (Grupo de Atención al Ciudadano) y también la UPR (Unidad de Prevención y Reacción), por si hubiera problemas con el desalojo. También indica la Policía que, a la llegada de los agentes, «algunos se escaparon corriendo». En cinco minutos, tras la llegada de los municipales (a las 20.20 horas), allí ya no quedaba nadie y no hubo incidente alguno.