Borrar

Antes de que las multinacionales cambiasen la situación, el séptimo día de la semana se dedicaba a descansar. Nos han contado que la cosa se puso en marcha cuando el Creador, pese a ser infatigable en esencia, paró tras ver finalizada su obra y sentirse ... satisfecho, si bien los más descreídos aducen que por aquellas fechas solamente pululaban por el paraíso Adán, Eva y los animales –ágrafos todos–, y que no había cronistas ni papeles que dieran fe de tal inacción. Sea o no verdad eso del parón celestial, lo cierto es que el ejemplo cundió, aunque ahora, además de las insaciables multinacionales, algunos políticos no respeten el descanso y aprovechen los domingos para presentar proyectos en pos del voto futuro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Sin descanso