Prisión provisional sin fianza para el agresor del médico y el celador en Santander

Una vez que se personó ante el juez de guardia, el joven se acogió a su derecho a no declarar, motivo por el que «difícilmente sabemos dónde o qué ha estado haciendo estos siete días, con quien y el porqué de su ocultamiento». Pese a ello, juez considera que hay «motivos bastantes para creerle responsable criminalmente de los hechos», dado que ha sido identificado por los dos sanitarios agredidos, tanto el médico y como un celador, contra el que, presuntamente, reaccionó primero el detenido cuando se le dijo que debía acudir a su centro de salud para ser atendido de una afección leve.

Esa versión también ha sido respaldada por dos enfermeros que se encontraban presentes en el lugar cuando el investigado acudió al centro de salud y se produjo el grave incidente que ha provocado la repulsa de todos los sanitarios del Servicio Cántabro de Salud en la última semana. Según todos los trabajadores del centro de salud Los Castros que han hablado ya con el juez, el joven «reaccionó violentamente contra el celador, al que golpeó, y después arremetió contra el médico, que acude en auxilio del anterior, al que agredió salvajemente».

El facultativo, de hecho, ha pedido que el joven sea expulsado del sistema de la Seguridad Social. El celador también resultó lesionado en el brazo y el agresor huyó antes de que se personara la Policía, que ha conseguido detenerle una semana después del suceso.

Varios son los motivos que aduce el magistrado en su auto para enviar a prisión al detenido. Por un lado, los hechos que figuran en la denuncia podrían ser constitutivos de un delito de atentado (penado con hasta tres años de cárcel) y otro de lesiones (castigado con pena de dos a cinco años de prisión o de seis a doce años si las lesiones suponen la pérdida o inutilidad de un órgano o miembro principal).

Además, concurre, según el juez, otro requisito de la prisión provisional, el de asegurar la presencia del imputado en el proceso, evitando el riesgo de fuga.

Finalmente, el magistrado entiende que con esta medida restrictiva también se trata de evitar que el investigado pueda seguir actuando contra bienes jurídicos de las víctimas. «Este riesgo es especialmente acusado a la vista de la desprotección manifiesta en la que los dos perjudicados se encuentran», afirma el instructor, quien reprocha que «nada se ha hecho por garantizar la seguridad y salud de las personas que presentan un servicio tan esencial como este, relacionado con la protección de la salud de la ciudadanía, principio que proclama la Constitución».

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, espera que el castigo que se aplique al presunto agresor del médico del centro de salud de Los Castros, detenido esta mañana, sea «acorde con la brutalidad» y que tenga una «dureza ejemplar». «Creo que tiene que pasar una larguísima temporada en la cárcel», ha dicho.

También ha señalado que estuvo hablando ayer con el médico agredido y que «está recuperándose» de lo que podía haber sido una «verdadera desgracia». Y ha confiado en que el facultativo recupere la visión del ojo, pese a la «brutalidad extrema» y «premeditada» con la que actuó su agresor.

Según el presidente, se están produciendo agresiones a sanitarios que, aunque sin llegar a «esta magnitud», «no debemos consentir de ninguna de la maneras». Además, ha hecho un llamamiento a los cuerpos seguridad y los jueces para que «sean implacables» contra este tipo de agresiones a quienes «están para cuidarnos». Y es que para Revilla, los sanitarios que están «en primera línea» de la batalla contra el covid y las enfermedades, «merecen un monumento».

Además, el vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha condenado los hechos y deseado que «caiga todo el peso de la ley» sobre el autor de la «brutal agresión, que no cabe en la sociedad de Cantabria». Zuloaga ha hecho estas declaraciones durante su comparecencia semanal para informar de los acuerdos del Consejo de Gobierno.

El vicepresidente ha recordado que el médico agredido ha recibido numerosas muestras de afecto y acompañamiento, que ha trasladado a todos los profesionales de la sanidad pública de Cantabria, «a las que nos sumamos todos los cántabros de buena fe porque son un colectivo que nos salva la vida, que trabaja por el bienestar de todos, en el que no puede haber una actitud como esta».