Detenido un joven de 21 años por los cuatro robos con fuerza perpetrados en una sola noche en Santander

La Policía Local de Santander detuvo ayer a las seis y media de la tarde en la península de La Magdalena al joven que presuntamente se dedicó el lunes por la noche a destrozar escaparates de bares y tiendas en el centro de la ciudad, llegando a reventar las lunas de cuatro establecimientos entre las dos y las seis de la madrugada. Supuestamente lo hizo para entrar a robar en ellos, aunque dos de los violentos saqueos se quedaron en intentos. Responde a las iniciales A. B., tiene 21 años de edad y fue arrestado a las 18.25 en la calle Familia Real.

Según la Policía Local, este joven es «conocido de anteriores intervenciones» y ayer los agentes lo vieron comportarse «de forma huidiza» ante la presencia policial. Al pedirle su identificación «facilitó de palabra un NIE, pero no portaba ningún documento de identidad». Enseguida se comprobó que esos datos que había dado eran falsos.

Más tarde, al lograr identificarlo plenamente, la Policía Local pidió antecedentes informáticos a través del 091 y aquí constaba una orden de detención por parte de la UDEV contra este chico como presunto autor de un delito de robo con fuerza en varios establecimientos de la ciudad.

Esta mañana la alcaldesa, Gema Igual, ha dicho que lo ocurrido es algo «puntual» y además no se presume que este joven realice este tipo de fechorías de manera habitual, sino más bien podría responder a un problema de «juventud incontrolada (...) Una mala práctica de una tarde, que por supuesto ha de ser condenada».

La regidora, por tanto, niega que Santander esté sufriendo una oleada de robos como tal atendiendo a estos cuatro casos ocurridos en una sola noche, que, tal y como captaron las cámaras de videovigilancia de los establecimientos, fueron perpetrados por una sola persona. En las imágenes grabadas por las cámaras en uno de los locales se vio perfectamente al individuo que había destrozado la puerta con un bloque de hormigón entrando después por el agujero. Era un chico joven, más bien alto, con el pelo castaño y rizado, que entró a cara descubierta y luego se tapó el rostro con la camiseta que llevaba puesta. En alguno de los locales saltó la alarma y la Policía acudió tras los asaltos, pero en otros los mismos dueños se encontraron con la sorpresa al ir a abrir sus negocios por la mañana.

La ruta que -presuntamente- realizó el ahora detenido comenzó en la calle San Francisco, donde lanzó un bloque de los que se utilizan en las obras contra la puerta de la zapatería BNT, quebrando por completo el cristal pero sin llegar a hacerse un agujero suficiente para entrar por él. Después acudió a la calle Cádiz e hizo lo mismo contra el restaurante El Diocesano. Con un bloque más pequeño que el anterior consiguió romper del todo el cristal de la puerta y entrar en el local, por donde deambuló un minuto y medio sin coger nada, ni siquiera el bote con las propinas que tenía bien a mano y que contenía unos 50 euros.

A continuación pasó por la calle Lealtad. Arrancó un bolardo del arcén y lo arrojó contra la cristalera de la tienda de ropa De la Ceca a la Meca, dejando un buen hueco por el que entró y se llevó un ipad y el dinero de la caja, según el primer recuento de los dueños de la tienda. Y, por último, ya sobre las seis de la mañana, enfiló por Méndez Núñez y se detuvo ante la cafetería Royalty. Aquí lanzó un enorme bloque de hormigón, que calculan que podría pesar entre 20 y 30 kilos, destruyendo el ventanal. Entró por el boquete y, según el responsable del bar, se llevó las pocas monedas que había en la caja registradora, que habían dejado abierta a propósito para evitar males mayores en caso de robo, porque hace un año sufrieron uno muy similar a este.

Pese a estos casos, la alcaldesa ha dicho esta mañana que cree que no existe «ninguna amenaza de robos» y que este tipo de sucesos no son habituales en Santander, que es «una ciudad segura, según las estadísticas». Ha querido, eso sí, condenar los «ataques a la propiedad privada que han ocurrido, por la ansiedad que genera y el trastorno de no poder abrir tu negocio, o abrirlo con la luna rota (...)».

También ha valorado de forma positiva la coordinación entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para que la serie de robos del lunes por la noche se haya resuelto en tan poco tiempo. Y ha instado a la ciudadanía a «estar alerta. Si vemos conductas sospechosas, o vemos a alguien raro o comportándose de mala manera, hay que llamar a la Policía para alertarlo (...) Con lo que pasó ayer hay que reaccionar cuanto antes para que no vuelva a pasar. Todos trabajaremos para que no vuelva a suceder».

Precisamente, la próxima semana se reunirá en el Ayuntamiento de Santander la Junta Local de Seguridad para organizar el dispositivo de cara al verano, época en la que ante la mayor afluencia de personas también existe una mayor dotación de efectivos. No será este, según la regidora, un verano con más problemas de inseguridad que otros.

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