La excavación de Los Azogues se prorroga dos meses por nuevos descubrimientos

Esta prórroga es la segunda que se concede a la empresa. La primera era de cuatro meses y finalizaría el 16 de abril, mientras que, con la nueva, los trabajos se extienderán hasta mediados de junio. Los motivos que ha aducido la empresa son la mala conservación de algunos de los restos óseos humanos localizados, la elevada densidad de inhumaciones en un mismo lugar con yuxtaposiciones, la aparición de numerosos restos óseos en desconexión anatómica intrincados con las sepulturas o la aparición de un área de sepulturas infantiles y de neonatos. Además, también ha aparecido un nuevo cementerio medieval hasta ahora desconocido bajo una capa de rellenos artificiales. De este modo, los arqueólogos necesitan tomarse «el tiempo necesario» para un correcto tratamiento de todos los restos. El portavoz del equipo de gobierno, Javier Ceruti, dio a conocer la ampliación del contrato al informar, como cada semana, de los acuerdos de la Junta de Gobierno Local.

La excavación de la calle Los Azogues lleva meses sacando a la luz descubrimientos que permiten indagar sobre el origen de la ciudad. De hecho, desde que empezaron, los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos han podido determinar que Santander, como asentamiento urbano, es varios siglos más antiguo de lo que se pensaba antes de iniciar esta investigación.

Entre los descubrimientos más destacados está la reciente recreación facial de Yllana, una mujer medieval del siglo XII que se ha podido redefinir gracias a la localización de un cráneo en buenas condiciones al que se ha aplicado la tecnología 3D para dar forma a su rostro y conocer cómo eran los rasgos de una persona que vivió hace más de 800 años. Su imagen se puede ver ahora en el refugio antiaéreo localizado bajo la Catedral, a pocos metros del descubrimiento de sus huesos. Yllana es solo una de las decenas de cuerpos –más de 80– encontrados en las excavaciones, donde también hay huesos de niños y bebés, ya que entonces la mortalidad infantil era muy alta.

En las excavaciones también ha aparecido cerámica del siglo XII llegada desde Francia e Inglaterra, lo que demuestra que Santander ya era lo suficientemente relevante entonces como para comerciar con el extranjero, y restos de ballena que indican que los antepasados que vivían en esta zona cazaban este tipo de cetáceo. En concreto, se ha localizado un disco intervertebral y un trozo de costilla de un ejemplar de este mamífero marino que, según parece, debió sobrepasar los 16 metros de longitud.